Programas comunitarios de viviendas asistidas en salud mental
del hospital neuropsiquiátrico Dr. Cabred de la provincia de
Buenos Aires: percepciones de los y las trabajadores/as de salud
respecto de su implementación (2020-2023)
Community-based supported housing programs in mental health at Dr. Cabred
Neuropsychiatric Hospital, Buenos Aires province: healthcare workers’ perceptions
of their implementation (2020–2023)
RESUMEN
Introducción: En el marco de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657, los
programas de inclusión comunitaria en la provincia de Buenos Aires buscan
favorecer la integración de personas con discapacidad psicosocial. Las
instituciones deben priorizar la rehabilitación y la autonomía de quienes
necesitan recursos para desenvolverse plenamente en la sociedad. Los
programas de viviendas asistidas resultan fundamentales para una
externación sustentable. Su fortalecimiento requiere ampliar su
disponibilidad, diversificar estrategias de intervención y optimizar el equipo
profesional, garantizando un acceso más equitativo. La falta de
sistematización de estas experiencias dificulta su replicación y expansión,
limitando su impacto.
Objetivo: Caracterizar los Programas de Viviendas Asistidas del HIEN Dr.
Domingo Cabred y analizar percepciones del personal de salud sobre su
efectividad en la continuidad de cuidados, la rehabilitación psicosocial y la
inserción comunitaria.
Metodología: Se realizó una investigación con estrategias combinadas entre
febrero de 2020 y junio de 2023, mediante análisis documental y entrevistas
semiestructuradas a agentes de salud involucrados en estos dispositivos.
Resultados: Se presentan resultados sobre la evolución reciente de los
Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas del HIEN Cabred, su
tipología y población destinataria, así como las representaciones del
personal de salud que participa en dichos dispositivos. A través del análisis
cualitativo de entrevistas se construyeron tres conceptos centrales, útiles
para entender el recorrido vital y profesional del personal de los
programas: la figura de referentes comunitarios, la grupalidad como
estrategia de cuidado y el techo hospitalario como sentido de pertenencia.
Estos hallazgos permiten reflexionar sobre tensiones del proceso de
transformación del modelo manicomial hacia un abordaje comunitario.
Discusión: Los programas de viviendas asistidas constituyen una
estrategia clave para promover la autonomía, inclusión y vida comunitaria
de personas con discapacidad psicosocial. Este estudio identifica aportes
del personal de salud en su implementación, subrayando la necesidad de
garantizar apoyos adecuados, redes comunitarias articuladas y
compromiso institucional. Estos dispositivos no sólo transforman prácticas
tutelares, sino también imaginarios sociales sobre la salud mental. Se
destaca la importancia de investigaciones que recuperen voces de usuarios
y equipos y enriquezcan el campo académico, generando insumos para
nuevas investigaciones, políticas públicas y programas de acción en salud.
Palabras clave: Desinstitucionalización; Calidad, Acceso y Evaluación de
la Atención de Salud; Salud Mental; Instituciones de Vida Asistida
ABSTRACT
Introduction: Within the framework of the National Mental Health
Law No. 26,657, community inclusion programs in the Buenos Aires
province aim to promote the integration of people with psychosocial
disabilities. Institutions are expected to prioritize rehabilitation and
autonomy for those who require resources to fully participate in
society. Supported housing programs are essential to ensure a
sustainable deinstitutionalization. Strengthening these programs
requires expanding their availability, diversifying intervention
strategies, and enhancing professional teams, thereby guaranteeing a
more equitable access. However, the lack of systematization of these
experiences hinders its replication and expansion limiting its impact.
Objective: to characterize the Supported Housing Programs at HIEN
Dr. Domingo Cabred and analyse healthcare teams’ perceptions of
their effectiveness in ensuring continuity of care, promoting
psychosocial rehabilitation, and fostering community integration.
Methodology: a mixed-methods study was conducted between February
2020 and June 2023, using document analysis and semi-structured
interviews with healthcare agents involved in these programs.
Results: the findings describe the recent evolution of the Supported
Housing Programs at HIEN Dr. Domingo Cabred, their typologies and
target populations, as well as the perceptions of healthcare teams
involved in these programs. Through qualitative analysis of interviews,
three central themes were identified, which help to understand both
the personal and professional experiences of the program staff: the role
of community referents, groupality as a care strategy, and the hospital
setting as a sense of belonging. These findings offer insights into the
tensions in the transformation process from an asylum-based model to
a community-oriented approach.
Conclusion: supported housing programs represent a key strategy to
foster autonomy, inclusion, and community life of individuals with
psychosocial disabilities. This study identifies the contributions of
healthcare staff to their implementation, and stresses the need to
ensure adequate supports, articulated community networks, and
institutional commitment. These programs transform not only
custodial practices, but also social imaginaries about mental health. The
study also emphasizes the importance of research that amplifies the
voices of users and teams, enriches the academic field, and generates
inputs for new studies, public policies, and health action programs.
Keywords: Deinstitutionalization; Health Care Quality, Access, and
Evaluation; Mental Health; Assisted Living Facilities
Jorge Santiago Rossetto 1 Licenciado en Psicología. Director ejecutivo Hospital
Cecilia Keena 1 Psiquiatra y Licenciada en Psicología. Directora asociada Hospital
Ivana Druetta 1 Psiquiatra
Luciana Manni 2 Licenciada en Ciencias de la educación. Docente investigadora del área
de Metodología de la investigación. Departamento de educación
1 Hospital Interzonal Especializado Neuropsiquiátrico (HIEN) “Dr. Domingo Cabred”, Open Door, Buenos Aires, Argentina
2 Universidad Nacional de Luján, Buenos Aires, Argentina ceciliakeena22@gmail.com
Recibido:6 de enero 2025.Aceptado:15 de abril 2025.Aprobado:15 de junio 2025. Publicado:2 de octubre 2025.
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Artículo original AO
SALUD
REVISTA DEL MINISTERIO DE SALUD DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Estudiosexclusivoseinéditos,seleccionadosconrigurosidadcientíficayrevisadosporpares
Salud Publica 2025 Oct; 4Beca de investigación en Salud Pública “Julieta Lanteri”
INTRODUCCIÓN
El análisis de los programas de apoyo comunitario resulta
fundamental para avanzar en estrategias de
desinstitucionalización y fortalecimiento de la autonomía
en personas con discapacidad psicosocial. Aunque estas
experiencias existen desde hace más de dos décadas en la
provincia de Buenos Aires, la información sobre su
funcionamiento es escasa y poco sistematizada. En este
marco, los programas de viviendas asistidas forman parte
de los componentes centrales del Plan de Adecuación del
Hospital Interzonal Especializado Neuropsiquiátrico Dr.
Cabred, en consonancia con las políticas impulsadas por el
Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires a través
de la Subsecretaría de Salud Mental, Consumos
Problemáticos y Violencia de Género en el Ámbito de la
Salud.
Los dispositivos de viviendas asistidas del Hospital
Interzonal Especializado Neuropsiquiátrico (HIEN) Dr.
Cabred operan bajo un esquema mixto con diferentes
niveles de apoyo. En un extremo, el Programa de
Rehabilitación y Externación Asistida está destinado a
personas con alto grado de autonomía, mientras que, en el
otro, el Programa de Dispositivos Residenciales
Comunitarios ofrece asistencia continua las 24 horas. La
planificación centrada en la persona permite definir el tipo,
intensidad y frecuencia de los apoyos en función de las
necesidades específicas (1). Estos dispositivos pueden ser
transitorios o permanentes, según el sistema de apoyos
requerido y la evolución de cada usuario.
Dichos programas cuentan con recursos humanos, físicos,
administrativos, materiales y económicos que conforman
un sistema de apoyos flexible y adaptativo, orientado a
evitar la sobreprotección y fomentar la autonomía,
promoviendo condiciones equitativas de participación
social. En este sentido, aparece la noción de externación
sustentable, que, según Silva y col (2, p.86) “contiene y
supera el otorgamiento del “’alta médica, entendiendo
que la externación hospitalaria no sólo requiere la
evaluación clínica del estado de salud-enfermedad, sino
además y de forma imprescindible, la evaluación de las
condiciones socioeconómicas materiales y subjetivas para
la proyección del desarrollo de la vida extra hospitalaria de
forma sustentable”.
La construcción de redes de apoyo, el trabajo intersectorial
y la articulación con la comunidad resultan aspectos clave
para garantizar la continuidad de cuidados y evitar la
re-institucionalización.
Desde un enfoque de derechos, esta investigación busca
aportar herramientas para comprender mejor estos
procesos, respaldando la política pública en salud mental y
contribuyendo al desarrollo de estrategias basadas en
evidencia. Para ello, nos proponemos analizar los
Programas de Viviendas Asistidas del HIEN Cabred entre
febrero de 2020 y junio de 2023. Específicamente,
buscamos caracterizar su funcionamiento, identificar los
recursos y estrategias utilizadas, y explorar las
percepciones del personal de salud sobre su impacto en la
continuidad de cuidados, la rehabilitación psicosocial y la
integración comunitaria. Además, promover la posibilidad
de generar insumos que permitan enriquecer futuras
investigaciones y orientar el diseño de políticas públicas.
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Md
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METODOLOGÍA
Para el abordaje de esta investigación se adoptó un
diseño descriptivo, basado en una estrategia
metodológica que combinó técnicas cuantitativas y
cualitativas, desarrolladas en dos etapas.
En la primera etapa se identificaron los Programas
Comunitarios de Viviendas Asistidas, con el objetivo de
caracterizarlos según los lineamientos establecidos por la
Ley Nacional de Salud Mental y su reglamentación (3,4),
así como por los modelos de abordajes comunitarios
sustentables, integrando la perspectiva de género y el
enfoque de derechos. Asimismo, se consideró el contexto
específico en el que dichos programas fueron diseñados e
implementados.
Durante esta etapa, se caracterizaron los dos principales
programas de viviendas asistidas implementados por el
Servicio de Rehabilitación del Hospital Interzonal
Especializado Neuropsiquiátrico Dr. Cabred: el Programa de
Rehabilitación y Externación Asistida (PREA), creado en el
año 2000 (Resolución N.º 1832) (5), y el Programa de
Dispositivos Residenciales Comunitarios (DRC), HIEN Dr.
Domingo Cabred, vigente desde 2020
(DISPO-2022-448-GDEBA-HICDCMSALGP) (6). Estos
dispositivos constituyen los dos grandes lineamientos
institucionales de abordaje comunitario en el período
analizado.
Ambos programas representan los lineamientos
institucionales centrales en materia de atención
comunitaria durante el período analizado. Para su
caracterización se consideraron las siguientes
dimensiones:
Creación y contexto de implementación, incluyendo las
perspectivas y supuestos teóricos, metodológicos e
ideológicos presentes en el diseño de los programas.
Implementación, abarcando aspectos como inicio,
financiamiento, recursos disponibles y sustentabilidad,
cantidad y características de las viviendas, y articulación
con el sistema de salud.
Población beneficiaria, contemplando condiciones de
ingreso y egreso, cupos y criterios de permanencia.
Personal de salud interviniente, considerando los procesos
de incorporación y reconversión de roles, entre otros
aspectos.
Para la recolección de datos se utilizaron fuentes primarias
facilitadas por la institución coordinadora (7,8). La técnica
de análisis utilizada para esta primera etapa fue el análisis
documental y de contenido, considerando el contexto en el
que surgieron y se implementaron los Programas y
políticas en cuestión (5,6). Esta técnica es entendida como
una herramienta de interpretación de textos registrados en
cualquier tipo de soporte, “destinada a formular, a partir de
ciertos datos, inferencias reproducibles y válidas que
puedan aplicarse a su contexto” (9).
En la segunda etapa, se exploraron las construcciones,
percepciones y representaciones del personal de salud
interviniente respecto de la implementación y efectividad
de los programas analizados. Se consideraron como ejes
para el alisis de los relatos: los roles y funciones
profesionales; las expectativas y satisfacciones laborales; y
las percepciones sobre la efectividad de los dispositivos en
relación con la continuidad de cuidados, la inserción
comunitaria y la inclusión social de las personas usuarias
tras la externación. Con ello se pretendió, además, indagar
los significados y sentidos que toman las acciones y
actividades de los individuos, determinados por su
interacción en contextos sociales específicos. Es decir,
articular los relatos con el contexto inmediato de las
personas entrevistadas y vincularlo a las historias de otras
personas con las que han construido lazos sociales, que a la
vez despliegan valores y representaciones que van s allá
de los hechos narrados. Así, se intenta capturar la
perspectiva microsocial y contextualizar los hechos
relatados.
Se utilizó la técnica de entrevista abierta (10) y la muestra
quedó constituida por 10 personas: 3 varones y 7 mujeres,
que representaron equitativamente a los dos programas (5
del PREA y 5 del DRC). El método de selección fue el
muestreo teórico, comenzando por una muestra
intencional con criterios de diversidad en sexo, profesión y
rol dentro de los programas comunitarios. El objetivo de
esta etapa fue la comprensión en profundidad, por lo cual
se trabajó con un número acotado de casos.
El análisis se realizó mediante un análisis comparativo
sistemático y constante (11), centrado en identificar
significados, similitudes y diferencias entre las respuestas,
complementado con la triangulación de datos
provenientes de distintas fuentes. Una de las técnicas
principales fue el análisis de contenido, entendido desde un
enfoque cualitativo. Siguiendo a Bardin (12), se lo define
como un “conjunto de técnicas de análisis de las
comunicaciones tendientes a obtener indicadores
(cuantitativos o no) por procesos sistemáticos y objetivos
de descripción del contenido de los mensajes, permitiendo
la inferencia de conocimientos relativos a las condiciones
de producción-recepción (contexto social) de estos
mensajes.
Este proceso incluyó una lectura horizontal y exhaustiva
para construir categorías emergentes, seguida de una
lectura transversal orientada a la elaboración de unidades
de sentido. El alisis final integró estos niveles para
construir un marco interpretativo.
Las consideraciones éticas se abordaron desde una
perspectiva ético-relacional crítica. Se respetaron los
principios de confidencialidad, anonimato y voluntariedad
para la participación, y se garantizó que el tratamiento de la
información se ajustara a criterios de respeto y cuidado en
el vínculo con los/as entrevistados/as.
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METODOLOGÍA
Para el abordaje de esta investigación se adoptó un
diseño descriptivo, basado en una estrategia
metodológica que combinó técnicas cuantitativas y
cualitativas, desarrolladas en dos etapas.
En la primera etapa se identificaron los Programas
Comunitarios de Viviendas Asistidas, con el objetivo de
caracterizarlos según los lineamientos establecidos por la
Ley Nacional de Salud Mental y su reglamentación (3,4),
así como por los modelos de abordajes comunitarios
sustentables, integrando la perspectiva de género y el
enfoque de derechos. Asimismo, se consideró el contexto
específico en el que dichos programas fueron diseñados e
implementados.
Durante esta etapa, se caracterizaron los dos principales
programas de viviendas asistidas implementados por el
Servicio de Rehabilitación del Hospital Interzonal
Especializado Neuropsiquiátrico Dr. Cabred: el Programa de
Rehabilitación y Externación Asistida (PREA), creado en el
año 2000 (Resolución N.º 1832) (5), y el Programa de
Dispositivos Residenciales Comunitarios (DRC), HIEN Dr.
Domingo Cabred, vigente desde 2020
(DISPO-2022-448-GDEBA-HICDCMSALGP) (6). Estos
dispositivos constituyen los dos grandes lineamientos
institucionales de abordaje comunitario en el período
analizado.
Ambos programas representan los lineamientos
RESULTADOS
1. Caracterización de los Programas Comunitarios de
Viviendas Asistidas dependientes del Servicio de
Rehabilitación del HIEN Dr. Domingo Cabred
La Ley Nacional de Salud Mental promueve de forma
enfática la adopción de un modelo comunitario de atención
en salud mental, como alternativa al modelo asilar, e
impulsa la reconstrucción de redes sociales e
institucionales que potencien la eficacia de los servicios. En
Rs
sintonía con la Ley N.º 26.529 de Derechos del Paciente,
ambas normativas colocan al usuario del sistema de salud
como sujeto de derechos, promoviendo su autonomía y su
participación activa en el proceso de atención.
En este marco, los Programas Comunitarios de Viviendas
Asistidas se orientan a la implementación de un modelo de
atención con base comunitaria y en redes integradas.
Retoman los principios de continuidad de cuidados e
involucran acuerdos entre actores, usuarios y servicios,
considerando los recursos disponibles y las necesidades
específicas de la población para definir el alcance de las
prestaciones (13).
Este modelo requiere de un abordaje intersectorial como
política integral, dada la complejidad de los desafíos a
afrontar. Así, se considera fundamental la articulación con
sectores como Justicia, Desarrollo Social, Seguridad,
Derechos Humanos, organizaciones de la sociedad civil,
Trabajo, Cultura y Educación, entre otros, en la
construcción de estrategias que respondan al gradiente de
necesidades, respetando la singularidad de cada situación.
En el HIEN Dr. Domingo Cabred, las bases estratégicas para
el cambio están centradas en la ampliación del modelo
comunitario, con una gica de cuidados y diversificación
de servicios. A esto se suma la promoción de una atención
integral mediante la expansión de dispositivos
ambulatorios y la oferta de especialidades, así como la
consolidación del área de Docencia e Investigación. El uso
del predio e instalaciones para la formación de recursos
humanos, en articulación con instituciones educativas,
constituye un eje relevante del Plan de Adecuación de la
institución.
Asimismo, siguiendo las recomendaciones de la Dirección
Nacional de Salud Mental y Adicciones (14) para la
transformación de instituciones monovalentes, se
establece como prioridad la generación de estrategias de
reconversión y redistribución del personal, entendiendo
que los/as trabajadores/as son actores clave en el proceso
de reforma. La participación activa desde la etapa de
planificación fue uno de los aspectos abordados en la
segunda parte de nuestra investigación.
1.1. Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas en
Salud Mental
El modelo comunitario en salud mental promueve la
integración de la atención en redes de servicios
descentralizados y cercanos al entorno cotidiano de las
personas. Se priorizan acciones de atención primaria,
prevención y promoción de la salud, sin descuidar la
hospitalización, la rehabilitación y la inclusión social. Este
enfoque integra una mirada histórica y social del
padecimiento, una ética del cuidado basada en derechos, y
una concepción integral del sujeto y del sufrimiento
psíquico, reconociendo factores biológicos, psicológicos y
sociales, así como los principios de territorialidad, equidad
y accesibilidad.
Desde esta perspectiva, se problematiza una noción
homogénea y universalista de ciudadanía, reconociendo su
carácter múltiple, dinámico, intersubjetivo y
sociohistóricamente situado. Se subraya la tensión entre
igualdad legal y desigualdad material, y se incorpora el
reconocimiento de las identidades plurales y las diversas
formas de habitar lo social, incluyendo la diversidad
cultural y de géneros (15). En este marco, los Programas
Comunitarios se conciben como dispositivos que favorecen
el ejercicio de ciudadanía por parte de personas con
padecimientos mentales, históricamente excluidas de estos
espacios.
Los programas de viviendas asistidas esn diseñados para
fortalecer las capacidades de las personas usuarias y
promover su autonomía, brindando los apoyos necesarios
en el momento y lugar adecuados para facilitar su
integración al entorno. Estos dispositivos ofrecen entornos
enriquecidos donde se desarrolla la vida en común;
permiten el acceso a los cuidados requeridos dentro de un
contexto participativo, y generan sostenimiento/holding
en términos integrales y subjetivos, favoreciendo el
desarrollo de habilidades personales, como el ejercicio de
una vida autónoma en comunidad. En lo que respecta a la
participación, las redes con los efectores comunitarios se
han complejizado en cuanto a la construcción y
sostenimiento de los vínculos, tanto por parte de los
usuarios como de los equipos de salud. Esta vinculación
incluye a agentes, vecinos y usuarios de múltiples espacios
comunitarios, tales como salas de atención primaria,
hospitales, consultorios privados, centros de integración
comunitaria, escuelas, casas de la tercera edad, casas de la
juventud, clubes y gimnasios.
Los programas analizados son: Programa de Dispositivos
Residenciales Comunitarios (DRC) con niveles de apoyo
medio y alto, y Programa de Rehabilitación y Externación
Asistida (PREA) con niveles de apoyo bajo y medio.
A continuación, se presentan sus principales
características, tomando como fuente documentos y
resoluciones fundacionales de cada uno:
Caracterización comparativa de los programas PREA y
DRC
a. Creación y contexto de implementación
PREA: Creado en 1999 mediante resolución del Ministerio
de Salud de la provincia de Buenos Aires, con base en la
Declaración de Caracas. Su objetivo es la atención
comunitaria e integral de personas internadas de mediano
y largo plazo en hospitales psiquiátricos, promoviendo su
reinserción social.
DRC: Surge en 2020 en el marco de la adecuación
institucional del HIEN Dr. Cabred. Apunta a la creación de
dispositivos flexibles de atención para personas con
trastornos mentales severos, en concordancia con la Ley
Nacional de Salud Mental Nº 26.657.
b. Población beneficiaria
PREA: Personas internadas con interés en un proceso de
externación asistida, que puedan desenvolverse con cierto
grado de autonomía.
DRC: Personas con alta clínica que, sin embargo, enfrentan
barreras estructurales para la inclusión comunitaria, con
necesidad de apoyos específicos.
c. Objetivos
PREA: Promover la externación y reinserción a través de
dispositivos comunitarios adaptados a los recursos
disponibles, implicando activamente a pacientes, familias y
trabajadores.
DRC: Mejorar la calidad de vida y autonomía mediante
apoyos personalizados y flexibles, evitando internaciones
innecesarias.
d. Implementación y recursos
PREA: Dispositivos residenciales y de continuidad de
tratamiento garantizados por el hospital. Incluye
medicamentos, atención en crisis y condiciones
habitacionales adecuadas.
DRC: Atención residencial 24 horas. Financiación
combinada (aportes personales, subsidios, programas de
empleo). El hospital asegura insumos, alimentos y
medicación.
e. Enfoque de atención
PREA: Rehabilitación con énfasis en la autonomía, redes
sociales y cooperación comunitaria.
DRC: Enfoque clínico-terapéutico centrado en la persona,
adaptado a necesidades individuales.
f. Personal de salud
PREA: Promueve la reconversión del personal hospitalario
y su capacitación.
DRC: Equipos interdisciplinarios que incluyen
enfermeros/as, acompañantes terapéuticos, psicólogos/as,
psiquiatras, médicos/as clínicos, trabajadores/as sociales,
entre otros.
Al analizar los programas PREA y DRC se observa una
notable expansión en su alcance y capacidad operativa
entre 2020 y 2023. En enero de 2020, se registraban 75
personas usuarias bajo estos programas, cifra que ha
aumentado a 204 en la actualidad. El equipo de salud
también ha experimentado un crecimiento significativo,
pasando de 30 trabajadores/as a 122, incluyendo agentes
reconvertidos/as y nuevos/as profesionales contratados/as
para trabajar directamente en la comunidad. En cuanto a
las viviendas, se contaba con 36 espacios en enero de 2020,
mientras que actualmente se dispone de 64 casas. Este
crecimiento refleja el compromiso continuo con la
integración comunitaria y la mejora en la atención de las
personas usuarias de estos programas.
En síntesis, ambos programas, aunque desarrollados en
contextos históricos diferentes, se complementan en la
construcción de una red de atención que reemplaza la
gica asilar por un enfoque de apoyos progresivos según
el perfil funcional de cada persona usuaria. Se inscriben en
el modelo social de la discapacidad, donde la vida
independiente, la autonomía y la toma de decisiones son
ejes fundamentales. Si bien persisten desafíos en cuanto a
cobertura y suficiencia, en la provincia de Buenos Aires se
avanza en la creación de nuevos dispositivos en el sector
público y privado. Este proceso se enmarca en normativas
tales como las normas complementarias para la
habilitación de efectores de salud mental y consumos
problemáticos aprobado por Resolución 4750/21 del
régimen de establecimientos privados asistenciales o de
recreación (16), el Decreto-Ley7.314/67(17) y su decreto
reglamentario N°3.280/90 (18), así como también a través
de la aprobación del “Modelo de Carta de Intención Oferta
Prestacional Salud Mental” a utilizar como oferta a
suscribir por parte de las entidades que ofrezcan servicios
de salud mental (19).
2 Representaciones del personal de salud
En la segunda etapa de nuestro trabajo, empleamos una
metodología que nos permitdesarrollar teorías,
conceptos y nuevas hipótesis basadas directamente en los
datos recolectados, sin apoyarnos en supuestos previos.
Este enfoque nos llevó a identificar dos tipos principales de
códigos:
Códigos sustantivos: Emergen directamente de los datos
empíricos originales y representan categorías que
encapsulan patrones o temas identificados durante el
análisis.
Códigos "in vivo": Son términos o frases utilizadas
textualmente por los propios participantes. Estos códigos
son especialmente valiosos porque reflejan el lenguaje y
significado preciso que las personas asignan a sus
experiencias, aportando una alta significación
interpretativa en el área de estudio.
A continuación, se presenta un resumen de los conceptos
construidos a partir del análisis de la información obtenida
de las entrevistas realizadas que consideramos de gran
utilidad para comenzar a comprender el trayecto
profesional y su impacto subjetivo en el personal de salud
desde el momento de su incorporación a los programas
comunitarios.
a. Referentes comunitarios
En el ámbito de la salud mental comunitaria, el concepto de
"Referentes comunitarios" refleja una transformación
significativa en el rol y la percepción de los profesionales de
la salud. Estos profesionales, sin distinción de su disciplina
o función específica dentro de los dispositivos, actúan
como facilitadores clave en el vínculo entre las personas
externadas y la comunidad. Su labor implica coordinar el
apoyo y acompañamiento necesario para la reintegración
comunitaria de los usuarios, lo que requiere un trabajo en
equipo interdisciplinario y, en muchos casos, una
resignificación de su proyecto laboral y de la comprensión
de sus propios roles y funciones.
Esta transformación puede generar una sensación de
pérdida de especificidad en el rol profesional; sin embargo,
también resalta el valor del trabajo interdisciplinario. Como
expresó un entrevistado: "ya decididamente vos sos la
expresión del equipo ahí afuera". En este contexto, el
personal de salud se convierte en un verdadero referente
comunitario para los usuarios, estando presente en el
"momento en que van redescubriendo algo nuevo".
Estas experiencias han llevado a que el "encierro" vivido
por los usuarios no sea asumido de manera natural por los
profesionales, quienes son testigos directos de sus efectos
perjudiciales. Sus perspectivas reflejan una postura ante la
tensión entre la inercia hacia la centralidad manicomial y la
integración comunitaria. En este sentido, los referentes
comunitarios ofrecen un sostenimiento, una continuidad
de cuidados y apoyos en la comunidad, esenciales para la
sostenibilidad de la salud y la vida cotidiana de los usuarios.
Dentro de este marco, se destacan varios aspectos clave:
Reconfiguración de roles profesionales: Se subraya la
necesidad de repensar la exibilidad de los roles en el
ámbito de la salud mental comunitaria. actitudes y
estrategias frente a los cambios y exigencias del entorno
laboral, sin perder de vista sus objetivos y valores
personales, integrando nuevas competencias y
resignificando el propio rol disciplinar.
Interdisciplinariedad: La afirmación de que el equipo de
salud se convierte en "expresiones del equipo" resalta la
importancia del trabajo interdisciplinario en la atención
comunitaria. Esto enfatiza la cooperación entre diferentes
disciplinas para abordar de manera efectiva las complejas
necesidades de salud comunitaria. Implica compartir una
posición crítica hacia los conceptos aceptados, es decir,
para pensar un problema en común. Vínculo comunitario:
La idea de que los trabajadores de la salud actúan como
puentes simbólicos, convirtiéndose en referentes
comunitarios y facilitadores del vínculo entre las personas
externadas y la comunidad, es fundamental para
garantizar procesos de inclusión social. Esto enfatiza la
importancia de comprender y abordar las necesidades y
valores individuales de los usuarios.
Resignificación del proyecto laboral: La necesidad de que
los profesionales resignifiquen su proyecto laboral pone de
relieve la importancia de la adaptabilidad y la capacidad de
aprendizaje continuo a lo largo de la carrera. En este
proceso, la subjetividad se constituye en un motor central
que orienta, sostiene y da sentido al aprendizaje,
especialmente en escenarios atravesados por el cambio
permanente. En este sentido, la gestión del cambio y la
posibilidad de reinventar el proyecto profesional no
pueden desligarse de los procesos subjetivos que los
trabajadores movilizan para dar sentido a su experiencia.
b. Grupalidad como Estrategia
El concepto de grupalidad emerge como una estrategia
clave en dos dimensiones interrelacionadas: la grupalidad
de las personas usuarias y la del propio equipo de salud.
b.1. Grupalidad como Resiliencia
Este concepto, expresado por el personal de salud en
referencia a las personas usuarias de los dispositivos, se
centra en cómo los individuos emplean la formación de
grupos y las relaciones grupales como una estrategia de
producción de subjetividad. Esta dinámica crea un "tercer
espacio" que ofrece una alternativa al encierro y a las
experiencias previas vividas. Se fundamenta en dos
aspectos esenciales:
b.1.a. Grupalidad como Resiliencia interna
Dentro de las instituciones de salud mental, como
hospitales o centros de tratamiento, las personas usuarias
suelen experimentar sensaciones de encierro y
aislamiento. La formación de grupos se convierte en una
estrategia para contrarrestar estos sentimientos,
permitiendo a los individuos compartir experiencias y
aspiraciones de vida fuera de la institución. Esta
comunidad de apoyo mutuo brinda seguridad en
momentos de vulnerabilidad y facilita la creación conjunta
de recursos y estrategias para afrontar el encierro.
b.1.b. Grupalidad como Resiliencia externa
Al egresar de la institución, las personas usuarias a
menudo son percibidas por otros como individuos que
"viven en otro mundo" en comparación con quienes no han
experimentado el encierro institucional, lo que puede
generar estigmatización. A pesar de ello, al participar en
dispositivos comunitarios, desarrollan recursos y
habilidades para enfrentar la vida fuera de la institución,
apoyados por el personal de salud y otros actores sociales.
El concepto de "Grupalidad como Resiliencia" refleja cómo
las personas usuarias de dispositivos de salud mental
utilizan la formación de grupos como una estrategia para
resistir y superar el encierro y la estigmatización, tanto
dentro como fuera de la institución. Esta grupalidad
proporciona sostenimiento y apoyo emocional, además de
facilitar el desarrollo de habilidades y recursos en el
proceso de inclusión en la sociedad. El equipo de salud
reconoce la importancia de comprender y trabajar con esta
dinámica compleja para brindar un apoyo más adecuado a
las necesidades de las personas usuarias.
b.2. Grupalidad como Intervención
Esta dimensión se refiere a una estrategia de trabajo
adoptada por el personal de salud como alternativa a las
formas tradicionales de intervención. En lugar de centrarse
únicamente en el tratamiento individual, se promueve la
exploración y el aprovechamiento de la dinámica grupal
como parte integral de la atención sociosanitaria. Al
trabajar desde la grupalidad, se reconoce la importancia de
comprender y abordar las relaciones y dinámicas
interpersonales que influyen en el bienestar general.
Es esencial también trabajar con la propia grupalidad como
profesionales intervinientes, donde se ponen en juego las
individualidades y las diversas perspectivas del mundo.
Esto implica manifestaciones y formas vinculares que se
configuran entre los profesionales, apostando por la
interdisciplina como estrategia ygica de intervención
sustentada en la grupalidad y la humanización. Se trata de
un abordaje centrado en dispositivos grupales, desde una
perspectiva interdisciplinaria a cargo de agentes de salud
con diferentes concepciones de sus propios roles y
funciones. Esta forma de intervención se caracteriza por
centrarse en la escucha empática, el respeto por el otro, la
circularidad de la palabra y la horizontalidad en las
relaciones.
c. Techo hospitalario como Sentido de pertenencia
El concepto de "Techo hospitalario como Sentido de
pertenencia" aborda la compleja interacción entre la
búsqueda de seguridad y protección emocional, laboral y
profesional por parte del personal de salud, y las tensiones
que emergen al redefinir sus roles y funciones al integrarse
en dispositivos comunitarios.
Por un lado, la incorporación laboral a estos dispositivos
permite valorar la autonomía en el trabajo y ofrece
oportunidades enriquecedoras para el contacto social, la
variedad de tareas, la disponibilidad de información y el
feedback sobre las labores realizadas. Además, se destaca
la valoración social positiva del trabajo y el apoyo de
compañeros/as, coordinadores/as y supervisores/as,
características que pueden hacer que la experiencia laboral
sea gratificante y enriquecedora.
Por otro lado, el personal de salud enfrenta desafíos como
la falta de especificidad en los roles y funciones asignadas,
la asunción de múltiples tareas, la percepción de escasez de
personal, la necesidad de dedicación y disponibilidad
constante, la alta demanda y dependencia por parte de las
personas usuarias, y la vinculación con la institución
hospitalaria. La tensión entre estas dos dimensiones, que
podrían sintetizarse como la valoración social positiva del
trabajo y el desafío ante la falta de especificidad de roles y
funciones contribuye a la formación del concepto
construido techo hospitalario como sentido de
pertenencia". El personal busca un nivel mínimo de
seguridad y protección emocional y laboral en su entorno
de trabajo, pero esta búsqueda se ve desafiada por
condiciones laborales y expectativas a menudo
abrumadoras. Esta tensión constante puede dar lugar a
sentimientos de agotamiento y frustración.
En este mismo sentido, se manifiesta una sensación de
incertidumbre. Aparece reiteradamente la sensación de
"estar solos", "como si no hubiera un techo protector", al
mismo tiempo que se valora positivamente la necesidad de
tomar iniciativas frente a las distintas situaciones que se
presentan en los dispositivos: "uno toma un montón de
decisiones estando fuera del hospital y estando solo".
Aunque las percepciones sobre el trabajo son subjetivas,
también revelan desigualdades, conflictos y tensiones que
pueden ser analizadas racionalmente para comprender
mejor la realidad investigada.
Este trabajo, particularmente en profesiones donde se lidia
con el sufrimiento ajeno, presenta un carácter ambivalente:
puede ser fuente de satisfacción personal, pero también de
agotamiento. La evidencia destaca que las relaciones
socioafectivas y el sentirse apoyado son recursos clave
para manejar el estrés asociado a estas dinámicas
profesionales.
CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN
La naturaleza exploratoria y descriptiva de esta
investigación no permite extraer conclusiones definitivas y
generalizables. Sin embargo, hemos identificado
constantes y hallazgos que, aunque provisionales, ofrecen
una base para futuras investigaciones que amplíen y
enriquezcan estos resultados.
Se destacan en los resultados de las experiencias narradas
en las entrevistas que estos programas generan
oportunidades de interacción y colaboración, fomentan la
comprensión mutua y ayudan a derribar barreras
estigmatizantes. De este modo, promueven una cultura s
empática y equitativa, donde las personas con discapacidad
psicosocial son reconocidas no sólo por sus aportes
concretos, sino también por la riqueza de sus experiencias y
perspectivas, facilitando asu participación plena y la
construcción de comunidades inclusivas y resilientes.
Según las percepciones del personal de salud, si bien
persisten obsculos y desafíos, los objetivos de estos
programas se cumplen en la mayoría de los casos. No
obstante, es fundamental destacar que de la información
obtenida en los resultados es relevante, como concepto
analítico, el rol crucial que ocupa el Estado y las
instituciones públicas para garantizar la sostenibilidad, el
funcionamiento y la identidad de estas estructuras dentro
de los procesos de transformación institucional. En este
sentido, la articulación en torno al concepto de sistema de
apoyo o soporte comunitario, como señala Rodríguez (20),
plantea la necesidad de promover y organizar, a nivel local,
una red coordinada de servicios, recursos, programas y
equipos que acompañen a las personas usuarias en la
satisfacción de sus distintas necesidades y en el desarrollo
de sus potencialidades, evitando su aislamiento o exclusión
de la comunidad.
Por ello, los resultados demuestran que es fundamental el
papel del personal de salud en la implementación efectiva
de estos programas, no solo como puente simbólico entre
los usuarios y la comunidad, sino también como recurso
humano capacitado que posibilita la rehabilitación y la
inclusión comunitaria plena, de un modo lo más autónomo
posible. Cabe destacar la importancia de la dimensión
relacional del equipo interdisciplinario, es decir, las
pre-condiciones intersubjetivas para el trabajo (21). La
necesidad de repensar la flexibilidad de los roles en el
ámbito de la salud mental comunitaria se relaciona con el
concepto de adaptabilidad profesional (22) entendiendo
por ésta a la capacidad de las personas para ajustar sus
habilidades.
El concepto de "Referentes comunitarios" en el campo de la
salud mental enriquece con nuevas dimensiones que
colaboran a la complejización del campo de conocimiento,
al enfocarse en la evolución de los roles profesionales, la
importancia de la colaboracn interdisciplinaria, la
construcción de identidades profesionales y la atención
centrada en la persona en entornos comunitarios.
Como señala Billett (23), el aprendizaje a lo largo de la vida
no es solo una respuesta funcional a las transformaciones
del trabajo, sino que se vincula estrechamente con la
construcción de la identidad y la agencia de los sujetos,
quienes al aprender también configuran y reconfiguran sus
trayectorias laborales.
En este marco, consideramos que el concepto de
"Grupalidad como Intervención" y su capacidad para
generar sentido, propicia la transformación y creación de
subjetividades. Reconoce que la salud es un fenómeno
multidimensional y que abordarla de manera integral
requiere un enfoque colaborativo, comprensivo y
progresivo. Al adoptar esta metodología, el equipo de salud
fortalece la relación terapéutica al involucrar activamente a
las personas usuarias en su propio proceso de atención y
reinserción en la comunidad.
El concepto construido a partir de las entrevistas
realizadas, "Techo hospitalario como Sentido de
pertenencia" subraya la importancia de reconocer que,
para mantener al personal de salud saludable y motivado,
es fundamental atender las tensiones inherentes a su
labor. Esto implica garantizar que el entorno hospitalario
ofrezca condiciones que promuevan su bienestar, mediante
medidas de protección tanto emocional como laboral.
Puede incluir la implementación de políticas y prácticas que
promuevan claridad en los roles, capacitación adecuada,
distribución pertinente de tareas, apoyo emocional y
acceso a recursos para el bienestar del equipo, clarificación
y fortalecimiento institucional de los programas
implementados, e instancias de encuentro y trabajo
grupal donde se visibilice el cuerpo total de agentes de
salud que actualmente esn trabajando bajo estos
programas. En última instancia, este concepto busca
equilibrar las demandas y las recompensas en el trabajo
del equipo de salud interviniente en los dispositivos para
mantener el bienestar y la satisfacción de quienes
desempeñan un papel fundamental en la atención y
acompañamiento de las personas usuarias.
La puesta en marcha de estos programas representa un
avance significativo hacia la construcción de una sociedad
s justa, inclusiva y consciente en materia de salud
mental.
Finalmente, consideramos esencial continuar
promoviendo investigaciones y acciones que contribuyan
a sistematizar experiencias y procesos de inclusión
comunitaria, recuperando las voces y saberes construidos
por las instituciones, los equipos de salud y las propias
personas usuarias.
Desde esta perspectiva, la producción de investigaciones
que contemplen a las personas usuarias de los servicios de
salud mental pero también, como es el caso de nuestro
trabajo, al personal de salud, permite interpelar la
persistencia de prácticas tutelares y alentar el desarrollo
de estrategias y recursos sustitutivos a la internación,
orientados al acceso a derechos y a la consolidación de una
autonomía entendida como una empresa social colectiva.
Considerar los servicios de salud mental y las prácticas de
cuidado a partir de las trayectorias de sus protagonistas
contribuye a la optimización, evaluación e implementación
de políticas públicas, al constituir referencias valiosas para
diseñar respuestas integrales que favorezcan la
continuidad de cuidados y la integración social de las
personas con padecimiento mental tras la externación.
institucionales centrales en materia de atención
comunitaria durante el período analizado. Para su
caracterización se consideraron las siguientes
dimensiones:
Creación y contexto de implementación, incluyendo las
perspectivas y supuestos teóricos, metodológicos e
ideológicos presentes en el diseño de los programas.
Implementación, abarcando aspectos como inicio,
financiamiento, recursos disponibles y sustentabilidad,
cantidad y características de las viviendas, y articulación
con el sistema de salud.
Población beneficiaria, contemplando condiciones de
ingreso y egreso, cupos y criterios de permanencia.
Personal de salud interviniente, considerando los procesos
de incorporación y reconversión de roles, entre otros
aspectos.
Para la recolección de datos se utilizaron fuentes primarias
facilitadas por la institución coordinadora (7,8). La técnica
de análisis utilizada para esta primera etapa fue el análisis
documental y de contenido, considerando el contexto en el
que surgieron y se implementaron los Programas y
políticas en cuestión (5,6). Esta técnica es entendida como
una herramienta de interpretación de textos registrados en
cualquier tipo de soporte, “destinada a formular, a partir de
ciertos datos, inferencias reproducibles y válidas que
puedan aplicarse a su contexto” (9).
En la segunda etapa, se exploraron las construcciones,
percepciones y representaciones del personal de salud
interviniente respecto de la implementación y efectividad
de los programas analizados. Se consideraron como ejes
para el análisis de los relatos: los roles y funciones
profesionales; las expectativas y satisfacciones laborales; y
las percepciones sobre la efectividad de los dispositivos en
relación con la continuidad de cuidados, la inserción
comunitaria y la inclusión social de las personas usuarias
tras la externación. Con ello se pretendió, además, indagar
los significados y sentidos que toman las acciones y
actividades de los individuos, determinados por su
interacción en contextos sociales específicos. Es decir,
articular los relatos con el contexto inmediato de las
personas entrevistadas y vincularlo a las historias de otras
personas con las que han construido lazos sociales, que a la
vez despliegan valores y representaciones que van más allá
de los hechos narrados. Así, se intenta capturar la
perspectiva microsocial y contextualizar los hechos
relatados.
Se utilizó la técnica de entrevista abierta (10) y la muestra
quedó constituida por 10 personas: 3 varones y 7 mujeres,
que representaron equitativamente a los dos programas (5
del PREA y 5 del DRC). El método de selección fue el
muestreo teórico, comenzando por una muestra
intencional con criterios de diversidad en sexo, profesión y
rol dentro de los programas comunitarios. El objetivo de
esta etapa fue la comprensión en profundidad, por lo cual
se trabajó con un número acotado de casos.
El análisis se realizó mediante un análisis comparativo
sistemático y constante (11), centrado en identificar
significados, similitudes y diferencias entre las respuestas,
complementado con la triangulación de datos
provenientes de distintas fuentes. Una de las técnicas
principales fue el análisis de contenido, entendido desde un
enfoque cualitativo. Siguiendo a Bardin (12), se lo define
como un “conjunto de técnicas de análisis de las
comunicaciones tendientes a obtener indicadores
(cuantitativos o no) por procesos sistemáticos y objetivos
de descripción del contenido de los mensajes, permitiendo
la inferencia de conocimientos relativos a las condiciones
de producción-recepción (contexto social) de estos
mensajes”.
Este proceso incluyó una lectura horizontal y exhaustiva
para construir categorías emergentes, seguida de una
lectura transversal orientada a la elaboración de unidades
de sentido. El análisis final integró estos niveles para
construir un marco interpretativo.
Las consideraciones éticas se abordaron desde una
perspectiva ético-relacional crítica. Se respetaron los
principios de confidencialidad, anonimato y voluntariedad
para la participación, y se garantizó que el tratamiento de la
información se ajustara a criterios de respeto y cuidado en
el vínculo con los/as entrevistados/as.
FINANCIAMIENTO
Este trabajo se inscribe dentro del Proyecto de Investigación:
“Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas: estrategias
de inclusión social sustentable para personas con discapacidad
psicosocial, y percepciones de los y las trabajadores/as de salud
respecto de su implementación” realizado en el marco de la
convocatoria Programa de Becas Julieta Lanteri 2022-2023,
dependiente de la Dirección de investigación y Cooperación
Técnica, Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara,
Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. La
investigación se desarrolló desde el 14 de noviembre de 2022 al
14 de noviembre de 2023, siendo la institución coordinadora de
dicho proyecto el Hospital Interzonal Especializado
Neuropsiquiátrico “Dr. Domingo Cabred, con la participación
interinstitucional de la Universidad Nacional de Luján.
Autoras y autores
no manifiestan conflictos de interés.
Salud Publica 2025 Oct; 4
Artículo original AO
SALUD
REVISTA DEL MINISTERIO DE SALUD DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
RESULTADOS
1. Caracterización de los Programas Comunitarios de
Viviendas Asistidas dependientes del Servicio de
Rehabilitación del HIEN Dr. Domingo Cabred
La Ley Nacional de Salud Mental promueve de forma
enfática la adopción de un modelo comunitario de atención
en salud mental, como alternativa al modelo asilar, e
impulsa la reconstrucción de redes sociales e
institucionales que potencien la eficacia de los servicios. En
sintonía con la Ley N.º 26.529 de Derechos del Paciente,
ambas normativas colocan al usuario del sistema de salud
como sujeto de derechos, promoviendo su autonomía y su
participación activa en el proceso de atención.
En este marco, los Programas Comunitarios de Viviendas
Asistidas se orientan a la implementación de un modelo de
atención con base comunitaria y en redes integradas.
Retoman los principios de continuidad de cuidados e
involucran acuerdos entre actores, usuarios y servicios,
considerando los recursos disponibles y las necesidades
específicas de la población para definir el alcance de las
prestaciones (13).
Este modelo requiere de un abordaje intersectorial como
política integral, dada la complejidad de los desafíos a
afrontar. Así, se considera fundamental la articulación con
sectores como Justicia, Desarrollo Social, Seguridad,
Derechos Humanos, organizaciones de la sociedad civil,
Trabajo, Cultura y Educación, entre otros, en la
construcción de estrategias que respondan al gradiente de
necesidades, respetando la singularidad de cada situación.
En el HIEN Dr. Domingo Cabred, las bases estratégicas para
el cambio están centradas en la ampliación del modelo
comunitario, con una lógica de cuidados y diversificación
de servicios. A esto se suma la promoción de una atención
integral mediante la expansión de dispositivos
ambulatorios y la oferta de especialidades, así como la
consolidación del área de Docencia e Investigación. El uso
del predio e instalaciones para la formación de recursos
humanos, en articulación con instituciones educativas,
constituye un eje relevante del Plan de Adecuación de la
institución.
Asimismo, siguiendo las recomendaciones de la Dirección
Nacional de Salud Mental y Adicciones (14) para la
transformación de instituciones monovalentes, se
establece como prioridad la generación de estrategias de
reconversión y redistribución del personal, entendiendo
que los/as trabajadores/as son actores clave en el proceso
de reforma. La participación activa desde la etapa de
planificación fue uno de los aspectos abordados en la
segunda parte de nuestra investigación.
1.1. Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas en
Salud Mental
El modelo comunitario en salud mental promueve la
integración de la atención en redes de servicios
descentralizados y cercanos al entorno cotidiano de las
personas. Se priorizan acciones de atención primaria,
prevención y promoción de la salud, sin descuidar la
hospitalización, la rehabilitación y la inclusión social. Este
enfoque integra una mirada histórica y social del
padecimiento, una ética del cuidado basada en derechos, y
una concepción integral del sujeto y del sufrimiento
psíquico, reconociendo factores biológicos, psicológicos y
sociales, así como los principios de territorialidad, equidad
y accesibilidad.
Desde esta perspectiva, se problematiza una noción
homogénea y universalista de ciudadanía, reconociendo su
carácter múltiple, dinámico, intersubjetivo y
sociohistóricamente situado. Se subraya la tensión entre
igualdad legal y desigualdad material, y se incorpora el
reconocimiento de las identidades plurales y las diversas
formas de habitar lo social, incluyendo la diversidad
cultural y de géneros (15). En este marco, los Programas
Comunitarios se conciben como dispositivos que favorecen
el ejercicio de ciudadanía por parte de personas con
padecimientos mentales, históricamente excluidas de estos
espacios.
Los programas de viviendas asistidas están diseñados para
fortalecer las capacidades de las personas usuarias y
promover su autonomía, brindando los apoyos necesarios
en el momento y lugar adecuados para facilitar su
integración al entorno. Estos dispositivos ofrecen entornos
enriquecidos donde se desarrolla la vida en común;
permiten el acceso a los cuidados requeridos dentro de un
contexto participativo, y generan sostenimiento/holding
en términos integrales y subjetivos, favoreciendo el
desarrollo de habilidades personales, como el ejercicio de
una vida autónoma en comunidad. En lo que respecta a la
participación, las redes con los efectores comunitarios se
han complejizado en cuanto a la construcción y
sostenimiento de los vínculos, tanto por parte de los
usuarios como de los equipos de salud. Esta vinculación
incluye a agentes, vecinos y usuarios de múltiples espacios
comunitarios, tales como salas de atención primaria,
hospitales, consultorios privados, centros de integración
comunitaria, escuelas, casas de la tercera edad, casas de la
juventud, clubes y gimnasios.
Los programas analizados son: Programa de Dispositivos
Residenciales Comunitarios (DRC) con niveles de apoyo
medio y alto, y Programa de Rehabilitación y Externación
Asistida (PREA) con niveles de apoyo bajo y medio.
A continuación, se presentan sus principales
características, tomando como fuente documentos y
resoluciones fundacionales de cada uno:
Caracterización comparativa de los programas PREA y
DRC
a. Creación y contexto de implementación
PREA: Creado en 1999 mediante resolución del Ministerio
de Salud de la provincia de Buenos Aires, con base en la
Declaración de Caracas. Su objetivo es la atención
comunitaria e integral de personas internadas de mediano
y largo plazo en hospitales psiquiátricos, promoviendo su
reinserción social.
DRC: Surge en 2020 en el marco de la adecuación
institucional del HIEN Dr. Cabred. Apunta a la creación de
dispositivos flexibles de atención para personas con
trastornos mentales severos, en concordancia con la Ley
Nacional de Salud Mental Nº 26.657.
b. Población beneficiaria
PREA: Personas internadas con interés en un proceso de
externación asistida, que puedan desenvolverse con cierto
grado de autonomía.
DRC: Personas con alta clínica que, sin embargo, enfrentan
barreras estructurales para la inclusión comunitaria, con
necesidad de apoyos específicos.
c. Objetivos
PREA: Promover la externación y reinserción a través de
dispositivos comunitarios adaptados a los recursos
disponibles, implicando activamente a pacientes, familias y
trabajadores.
DRC: Mejorar la calidad de vida y autonomía mediante
apoyos personalizados y flexibles, evitando internaciones
innecesarias.
d. Implementación y recursos
PREA: Dispositivos residenciales y de continuidad de
tratamiento garantizados por el hospital. Incluye
medicamentos, atención en crisis y condiciones
habitacionales adecuadas.
DRC: Atención residencial 24 horas. Financiación
combinada (aportes personales, subsidios, programas de
empleo). El hospital asegura insumos, alimentos y
medicación.
e. Enfoque de atención
PREA: Rehabilitación con énfasis en la autonomía, redes
sociales y cooperación comunitaria.
DRC: Enfoque clínico-terapéutico centrado en la persona,
adaptado a necesidades individuales.
f. Personal de salud
PREA: Promueve la reconversión del personal hospitalario
y su capacitación.
DRC: Equipos interdisciplinarios que incluyen
enfermeros/as, acompañantes terapéuticos, psicólogos/as,
psiquiatras, médicos/as clínicos, trabajadores/as sociales,
entre otros.
Al analizar los programas PREA y DRC se observa una
notable expansión en su alcance y capacidad operativa
entre 2020 y 2023. En enero de 2020, se registraban 75
personas usuarias bajo estos programas, cifra que ha
aumentado a 204 en la actualidad. El equipo de salud
también ha experimentado un crecimiento significativo,
pasando de 30 trabajadores/as a 122, incluyendo agentes
reconvertidos/as y nuevos/as profesionales contratados/as
para trabajar directamente en la comunidad. En cuanto a
las viviendas, se contaba con 36 espacios en enero de 2020,
mientras que actualmente se dispone de 64 casas. Este
crecimiento refleja el compromiso continuo con la
integración comunitaria y la mejora en la atención de las
personas usuarias de estos programas.
En síntesis, ambos programas, aunque desarrollados en
contextos históricos diferentes, se complementan en la
construcción de una red de atención que reemplaza la
gica asilar por un enfoque de apoyos progresivos según
el perfil funcional de cada persona usuaria. Se inscriben en
el modelo social de la discapacidad, donde la vida
independiente, la autonomía y la toma de decisiones son
ejes fundamentales. Si bien persisten desafíos en cuanto a
cobertura y suficiencia, en la provincia de Buenos Aires se
avanza en la creación de nuevos dispositivos en el sector
público y privado. Este proceso se enmarca en normativas
tales como las normas complementarias para la
habilitación de efectores de salud mental y consumos
problemáticos aprobado por Resolución 4750/21 del
régimen de establecimientos privados asistenciales o de
recreación (16), el Decreto-Ley7.314/67(17) y su decreto
reglamentario N°3.280/90 (18), así como también a través
de la aprobación del “Modelo de Carta de Intención Oferta
Prestacional Salud Mental” a utilizar como oferta a
suscribir por parte de las entidades que ofrezcan servicios
de salud mental (19).
2 Representaciones del personal de salud
En la segunda etapa de nuestro trabajo, empleamos una
metodología que nos permitdesarrollar teorías,
conceptos y nuevas hipótesis basadas directamente en los
datos recolectados, sin apoyarnos en supuestos previos.
Este enfoque nos llevó a identificar dos tipos principales de
códigos:
Códigos sustantivos: Emergen directamente de los datos
empíricos originales y representan categorías que
encapsulan patrones o temas identificados durante el
análisis.
Códigos "in vivo": Son términos o frases utilizadas
textualmente por los propios participantes. Estos códigos
son especialmente valiosos porque reflejan el lenguaje y
significado preciso que las personas asignan a sus
experiencias, aportando una alta significación
interpretativa en el área de estudio.
A continuación, se presenta un resumen de los conceptos
construidos a partir del análisis de la información obtenida
de las entrevistas realizadas que consideramos de gran
utilidad para comenzar a comprender el trayecto
profesional y su impacto subjetivo en el personal de salud
desde el momento de su incorporación a los programas
comunitarios.
a. Referentes comunitarios
En el ámbito de la salud mental comunitaria, el concepto de
"Referentes comunitarios" refleja una transformación
significativa en el rol y la percepción de los profesionales de
la salud. Estos profesionales, sin distinción de su disciplina
o función específica dentro de los dispositivos, actúan
como facilitadores clave en el vínculo entre las personas
externadas y la comunidad. Su labor implica coordinar el
apoyo y acompañamiento necesario para la reintegración
comunitaria de los usuarios, lo que requiere un trabajo en
equipo interdisciplinario y, en muchos casos, una
resignificación de su proyecto laboral y de la comprensión
de sus propios roles y funciones.
Esta transformación puede generar una sensación de
pérdida de especificidad en el rol profesional; sin embargo,
también resalta el valor del trabajo interdisciplinario. Como
expresó un entrevistado: "ya decididamente vos sos la
expresión del equipo ahí afuera". En este contexto, el
personal de salud se convierte en un verdadero referente
comunitario para los usuarios, estando presente en el
"momento en que van redescubriendo algo nuevo".
Estas experiencias han llevado a que el "encierro" vivido
por los usuarios no sea asumido de manera natural por los
profesionales, quienes son testigos directos de sus efectos
perjudiciales. Sus perspectivas reejan una postura ante la
tensión entre la inercia hacia la centralidad manicomial y la
integración comunitaria. En este sentido, los referentes
comunitarios ofrecen un sostenimiento, una continuidad
de cuidados y apoyos en la comunidad, esenciales para la
sostenibilidad de la salud y la vida cotidiana de los usuarios.
Dentro de este marco, se destacan varios aspectos clave:
Reconfiguración de roles profesionales: Se subraya la
necesidad de repensar la exibilidad de los roles en el
ámbito de la salud mental comunitaria. actitudes y
estrategias frente a los cambios y exigencias del entorno
laboral, sin perder de vista sus objetivos y valores
personales, integrando nuevas competencias y
resignificando el propio rol disciplinar.
Interdisciplinariedad: La afirmación de que el equipo de
salud se convierte en "expresiones del equipo" resalta la
importancia del trabajo interdisciplinario en la atención
comunitaria. Esto enfatiza la cooperación entre diferentes
disciplinas para abordar de manera efectiva las complejas
necesidades de salud comunitaria. Implica compartir una
posición crítica hacia los conceptos aceptados, es decir,
para pensar un problema en común. Vínculo comunitario:
La idea de que los trabajadores de la salud actúan como
puentes simbólicos, convirtiéndose en referentes
comunitarios y facilitadores del vínculo entre las personas
externadas y la comunidad, es fundamental para
garantizar procesos de inclusión social. Esto enfatiza la
importancia de comprender y abordar las necesidades y
valores individuales de los usuarios.
Resignificación del proyecto laboral: La necesidad de que
los profesionales resignifiquen su proyecto laboral pone de
relieve la importancia de la adaptabilidad y la capacidad de
aprendizaje continuo a lo largo de la carrera. En este
proceso, la subjetividad se constituye en un motor central
que orienta, sostiene y da sentido al aprendizaje,
especialmente en escenarios atravesados por el cambio
permanente. En este sentido, la gestión del cambio y la
posibilidad de reinventar el proyecto profesional no
pueden desligarse de los procesos subjetivos que los
trabajadores movilizan para dar sentido a su experiencia.
b. Grupalidad como Estrategia
El concepto de grupalidad emerge como una estrategia
clave en dos dimensiones interrelacionadas: la grupalidad
de las personas usuarias y la del propio equipo de salud.
b.1. Grupalidad como Resiliencia
Este concepto, expresado por el personal de salud en
referencia a las personas usuarias de los dispositivos, se
centra en cómo los individuos emplean la formación de
grupos y las relaciones grupales como una estrategia de
producción de subjetividad. Esta dinámica crea un "tercer
espacio" que ofrece una alternativa al encierro y a las
experiencias previas vividas. Se fundamenta en dos
aspectos esenciales:
b.1.a. Grupalidad como Resiliencia interna
Dentro de las instituciones de salud mental, como
hospitales o centros de tratamiento, las personas usuarias
suelen experimentar sensaciones de encierro y
aislamiento. La formación de grupos se convierte en una
estrategia para contrarrestar estos sentimientos,
permitiendo a los individuos compartir experiencias y
aspiraciones de vida fuera de la institución. Esta
comunidad de apoyo mutuo brinda seguridad en
momentos de vulnerabilidad y facilita la creación conjunta
de recursos y estrategias para afrontar el encierro.
b.1.b. Grupalidad como Resiliencia externa
Al egresar de la institución, las personas usuarias a
menudo son percibidas por otros como individuos que
"viven en otro mundo" en comparación con quienes no han
experimentado el encierro institucional, lo que puede
generar estigmatización. A pesar de ello, al participar en
dispositivos comunitarios, desarrollan recursos y
habilidades para enfrentar la vida fuera de la institución,
apoyados por el personal de salud y otros actores sociales.
El concepto de "Grupalidad como Resiliencia" refleja cómo
las personas usuarias de dispositivos de salud mental
utilizan la formación de grupos como una estrategia para
resistir y superar el encierro y la estigmatización, tanto
dentro como fuera de la institución. Esta grupalidad
proporciona sostenimiento y apoyo emocional, además de
facilitar el desarrollo de habilidades y recursos en el
proceso de inclusión en la sociedad. El equipo de salud
reconoce la importancia de comprender y trabajar con esta
dinámica compleja para brindar un apoyo más adecuado a
las necesidades de las personas usuarias.
b.2. Grupalidad como Intervención
Esta dimensión se refiere a una estrategia de trabajo
adoptada por el personal de salud como alternativa a las
formas tradicionales de intervención. En lugar de centrarse
únicamente en el tratamiento individual, se promueve la
exploración y el aprovechamiento de la dinámica grupal
como parte integral de la atención sociosanitaria. Al
trabajar desde la grupalidad, se reconoce la importancia de
comprender y abordar las relaciones y dinámicas
interpersonales que influyen en el bienestar general.
Es esencial también trabajar con la propia grupalidad como
profesionales intervinientes, donde se ponen en juego las
individualidades y las diversas perspectivas del mundo.
Esto implica manifestaciones y formas vinculares que se
configuran entre los profesionales, apostando por la
interdisciplina como estrategia ygica de intervención
sustentada en la grupalidad y la humanización. Se trata de
un abordaje centrado en dispositivos grupales, desde una
perspectiva interdisciplinaria a cargo de agentes de salud
con diferentes concepciones de sus propios roles y
funciones. Esta forma de intervención se caracteriza por
centrarse en la escucha empática, el respeto por el otro, la
circularidad de la palabra y la horizontalidad en las
relaciones.
c. Techo hospitalario como Sentido de pertenencia
El concepto de "Techo hospitalario como Sentido de
pertenencia" aborda la compleja interacción entre la
búsqueda de seguridad y protección emocional, laboral y
profesional por parte del personal de salud, y las tensiones
que emergen al redefinir sus roles y funciones al integrarse
en dispositivos comunitarios.
Por un lado, la incorporación laboral a estos dispositivos
permite valorar la autonomía en el trabajo y ofrece
oportunidades enriquecedoras para el contacto social, la
variedad de tareas, la disponibilidad de información y el
feedback sobre las labores realizadas. Además, se destaca
la valoración social positiva del trabajo y el apoyo de
compañeros/as, coordinadores/as y supervisores/as,
características que pueden hacer que la experiencia laboral
sea gratificante y enriquecedora.
Por otro lado, el personal de salud enfrenta desafíos como
la falta de especificidad en los roles y funciones asignadas,
la asunción de múltiples tareas, la percepción de escasez de
personal, la necesidad de dedicación y disponibilidad
constante, la alta demanda y dependencia por parte de las
personas usuarias, y la vinculación con la institución
hospitalaria. La tensión entre estas dos dimensiones, que
podrían sintetizarse como la valoración social positiva del
trabajo y el desafío ante la falta de especificidad de roles y
funciones contribuye a la formación del concepto
construido techo hospitalario como sentido de
pertenencia". El personal busca un nivel mínimo de
seguridad y protección emocional y laboral en su entorno
de trabajo, pero esta búsqueda se ve desafiada por
condiciones laborales y expectativas a menudo
abrumadoras. Esta tensión constante puede dar lugar a
sentimientos de agotamiento y frustración.
En este mismo sentido, se manifiesta una sensación de
incertidumbre. Aparece reiteradamente la sensación de
"estar solos", "como si no hubiera un techo protector", al
mismo tiempo que se valora positivamente la necesidad de
tomar iniciativas frente a las distintas situaciones que se
presentan en los dispositivos: "uno toma un montón de
decisiones estando fuera del hospital y estando solo".
Aunque las percepciones sobre el trabajo son subjetivas,
también revelan desigualdades, conflictos y tensiones que
pueden ser analizadas racionalmente para comprender
mejor la realidad investigada.
Este trabajo, particularmente en profesiones donde se lidia
con el sufrimiento ajeno, presenta un carácter ambivalente:
puede ser fuente de satisfacción personal, pero también de
agotamiento. La evidencia destaca que las relaciones
socioafectivas y el sentirse apoyado son recursos clave
para manejar el estrés asociado a estas dinámicas
profesionales.
CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN
La naturaleza exploratoria y descriptiva de esta
investigación no permite extraer conclusiones definitivas y
generalizables. Sin embargo, hemos identificado
constantes y hallazgos que, aunque provisionales, ofrecen
una base para futuras investigaciones que amplíen y
enriquezcan estos resultados.
Se destacan en los resultados de las experiencias narradas
en las entrevistas que estos programas generan
oportunidades de interacción y colaboración, fomentan la
comprensión mutua y ayudan a derribar barreras
estigmatizantes. De este modo, promueven una cultura s
empática y equitativa, donde las personas con discapacidad
psicosocial son reconocidas no sólo por sus aportes
concretos, sino también por la riqueza de sus experiencias y
perspectivas, facilitando asu participación plena y la
construcción de comunidades inclusivas y resilientes.
Según las percepciones del personal de salud, si bien
persisten obsculos y desafíos, los objetivos de estos
programas se cumplen en la mayoría de los casos. No
obstante, es fundamental destacar que de la información
obtenida en los resultados es relevante, como concepto
analítico, el rol crucial que ocupa el Estado y las
instituciones públicas para garantizar la sostenibilidad, el
funcionamiento y la identidad de estas estructuras dentro
de los procesos de transformación institucional. En este
sentido, la articulación en torno al concepto de sistema de
apoyo o soporte comunitario, como señala Rodríguez (20),
plantea la necesidad de promover y organizar, a nivel local,
una red coordinada de servicios, recursos, programas y
equipos que acompañen a las personas usuarias en la
satisfacción de sus distintas necesidades y en el desarrollo
de sus potencialidades, evitando su aislamiento o exclusión
de la comunidad.
Por ello, los resultados demuestran que es fundamental el
papel del personal de salud en la implementación efectiva
de estos programas, no solo como puente simbólico entre
los usuarios y la comunidad, sino también como recurso
humano capacitado que posibilita la rehabilitación y la
inclusión comunitaria plena, de un modo lo más autónomo
posible. Cabe destacar la importancia de la dimensión
relacional del equipo interdisciplinario, es decir, las
pre-condiciones intersubjetivas para el trabajo (21). La
necesidad de repensar la flexibilidad de los roles en el
ámbito de la salud mental comunitaria se relaciona con el
concepto de adaptabilidad profesional (22) entendiendo
por ésta a la capacidad de las personas para ajustar sus
habilidades.
El concepto de "Referentes comunitarios" en el campo de la
salud mental enriquece con nuevas dimensiones que
colaboran a la complejización del campo de conocimiento,
al enfocarse en la evolución de los roles profesionales, la
importancia de la colaboracn interdisciplinaria, la
construcción de identidades profesionales y la atención
centrada en la persona en entornos comunitarios.
Como señala Billett (23), el aprendizaje a lo largo de la vida
no es solo una respuesta funcional a las transformaciones
del trabajo, sino que se vincula estrechamente con la
construcción de la identidad y la agencia de los sujetos,
quienes al aprender también configuran y reconfiguran sus
trayectorias laborales.
En este marco, consideramos que el concepto de
"Grupalidad como Intervención" y su capacidad para
generar sentido, propicia la transformación y creación de
subjetividades. Reconoce que la salud es un fenómeno
multidimensional y que abordarla de manera integral
requiere un enfoque colaborativo, comprensivo y
progresivo. Al adoptar esta metodología, el equipo de salud
fortalece la relación terapéutica al involucrar activamente a
las personas usuarias en su propio proceso de atención y
reinserción en la comunidad.
El concepto construido a partir de las entrevistas
realizadas, "Techo hospitalario como Sentido de
pertenencia" subraya la importancia de reconocer que,
para mantener al personal de salud saludable y motivado,
es fundamental atender las tensiones inherentes a su
labor. Esto implica garantizar que el entorno hospitalario
ofrezca condiciones que promuevan su bienestar, mediante
medidas de protección tanto emocional como laboral.
Puede incluir la implementación de políticas y prácticas que
promuevan claridad en los roles, capacitación adecuada,
distribución pertinente de tareas, apoyo emocional y
acceso a recursos para el bienestar del equipo, clarificación
y fortalecimiento institucional de los programas
implementados, e instancias de encuentro y trabajo
grupal donde se visibilice el cuerpo total de agentes de
salud que actualmente esn trabajando bajo estos
programas. En última instancia, este concepto busca
equilibrar las demandas y las recompensas en el trabajo
del equipo de salud interviniente en los dispositivos para
mantener el bienestar y la satisfacción de quienes
desempeñan un papel fundamental en la atención y
acompañamiento de las personas usuarias.
La puesta en marcha de estos programas representa un
avance significativo hacia la construcción de una sociedad
s justa, inclusiva y consciente en materia de salud
mental.
Finalmente, consideramos esencial continuar
promoviendo investigaciones y acciones que contribuyan
a sistematizar experiencias y procesos de inclusión
comunitaria, recuperando las voces y saberes construidos
por las instituciones, los equipos de salud y las propias
personas usuarias.
Desde esta perspectiva, la producción de investigaciones
que contemplen a las personas usuarias de los servicios de
salud mental pero también, como es el caso de nuestro
trabajo, al personal de salud, permite interpelar la
persistencia de prácticas tutelares y alentar el desarrollo
de estrategias y recursos sustitutivos a la internación,
orientados al acceso a derechos y a la consolidación de una
autonomía entendida como una empresa social colectiva.
Considerar los servicios de salud mental y las prácticas de
cuidado a partir de las trayectorias de sus protagonistas
contribuye a la optimización, evaluación e implementación
de políticas públicas, al constituir referencias valiosas para
diseñar respuestas integrales que favorezcan la
continuidad de cuidados y la integración social de las
personas con padecimiento mental tras la externación.
FINANCIAMIENTO
Este trabajo se inscribe dentro del Proyecto de Investigación:
“Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas: estrategias
de inclusión social sustentable para personas con discapacidad
psicosocial, y percepciones de los y las trabajadores/as de salud
respecto de su implementación” realizado en el marco de la
convocatoria Programa de Becas Julieta Lanteri 2022-2023,
dependiente de la Dirección de investigación y Cooperación
Técnica, Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara,
Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. La
investigación se desarrolló desde el 14 de noviembre de 2022 al
14 de noviembre de 2023, siendo la institución coordinadora de
dicho proyecto el Hospital Interzonal Especializado
Neuropsiquiátrico “Dr. Domingo Cabred, con la participación
interinstitucional de la Universidad Nacional de Luján.
Autoras y autores
no manifiestan conflictos de interés.
Salud Publica 2025 Oct; 4
Artículo original AO
SALUD
REVISTA DEL MINISTERIO DE SALUD DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
RESULTADOS
1. Caracterización de los Programas Comunitarios de
Viviendas Asistidas dependientes del Servicio de
Rehabilitación del HIEN Dr. Domingo Cabred
La Ley Nacional de Salud Mental promueve de forma
enfática la adopción de un modelo comunitario de atención
en salud mental, como alternativa al modelo asilar, e
impulsa la reconstrucción de redes sociales e
institucionales que potencien la eficacia de los servicios. En
sintonía con la Ley N.º 26.529 de Derechos del Paciente,
ambas normativas colocan al usuario del sistema de salud
como sujeto de derechos, promoviendo su autonomía y su
participación activa en el proceso de atención.
En este marco, los Programas Comunitarios de Viviendas
Asistidas se orientan a la implementación de un modelo de
atención con base comunitaria y en redes integradas.
Retoman los principios de continuidad de cuidados e
involucran acuerdos entre actores, usuarios y servicios,
considerando los recursos disponibles y las necesidades
específicas de la población para definir el alcance de las
prestaciones (13).
Este modelo requiere de un abordaje intersectorial como
política integral, dada la complejidad de los desafíos a
afrontar. Así, se considera fundamental la articulación con
sectores como Justicia, Desarrollo Social, Seguridad,
Derechos Humanos, organizaciones de la sociedad civil,
Trabajo, Cultura y Educación, entre otros, en la
construcción de estrategias que respondan al gradiente de
necesidades, respetando la singularidad de cada situación.
En el HIEN Dr. Domingo Cabred, las bases estratégicas para
el cambio están centradas en la ampliación del modelo
comunitario, con una lógica de cuidados y diversificación
de servicios. A esto se suma la promoción de una atención
integral mediante la expansión de dispositivos
ambulatorios y la oferta de especialidades, así como la
consolidación del área de Docencia e Investigación. El uso
del predio e instalaciones para la formación de recursos
humanos, en articulación con instituciones educativas,
constituye un eje relevante del Plan de Adecuación de la
institución.
Asimismo, siguiendo las recomendaciones de la Dirección
Nacional de Salud Mental y Adicciones (14) para la
transformación de instituciones monovalentes, se
establece como prioridad la generación de estrategias de
reconversión y redistribución del personal, entendiendo
que los/as trabajadores/as son actores clave en el proceso
de reforma. La participación activa desde la etapa de
planificación fue uno de los aspectos abordados en la
segunda parte de nuestra investigación.
1.1. Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas en
Salud Mental
El modelo comunitario en salud mental promueve la
integración de la atención en redes de servicios
descentralizados y cercanos al entorno cotidiano de las
personas. Se priorizan acciones de atención primaria,
prevención y promoción de la salud, sin descuidar la
hospitalización, la rehabilitación y la inclusión social. Este
enfoque integra una mirada histórica y social del
padecimiento, una ética del cuidado basada en derechos, y
una concepción integral del sujeto y del sufrimiento
psíquico, reconociendo factores biológicos, psicológicos y
sociales, así como los principios de territorialidad, equidad
y accesibilidad.
Desde esta perspectiva, se problematiza una noción
homogénea y universalista de ciudadanía, reconociendo su
carácter múltiple, dinámico, intersubjetivo y
sociohistóricamente situado. Se subraya la tensión entre
igualdad legal y desigualdad material, y se incorpora el
reconocimiento de las identidades plurales y las diversas
formas de habitar lo social, incluyendo la diversidad
cultural y de géneros (15). En este marco, los Programas
Comunitarios se conciben como dispositivos que favorecen
el ejercicio de ciudadanía por parte de personas con
padecimientos mentales, históricamente excluidas de estos
espacios.
Los programas de viviendas asistidas están diseñados para
fortalecer las capacidades de las personas usuarias y
promover su autonomía, brindando los apoyos necesarios
en el momento y lugar adecuados para facilitar su
integración al entorno. Estos dispositivos ofrecen entornos
enriquecidos donde se desarrolla la vida en común;
permiten el acceso a los cuidados requeridos dentro de un
contexto participativo, y generan sostenimiento/holding
en términos integrales y subjetivos, favoreciendo el
desarrollo de habilidades personales, como el ejercicio de
una vida autónoma en comunidad. En lo que respecta a la
participación, las redes con los efectores comunitarios se
han complejizado en cuanto a la construcción y
sostenimiento de los vínculos, tanto por parte de los
usuarios como de los equipos de salud. Esta vinculación
incluye a agentes, vecinos y usuarios de múltiples espacios
comunitarios, tales como salas de atención primaria,
hospitales, consultorios privados, centros de integración
comunitaria, escuelas, casas de la tercera edad, casas de la
juventud, clubes y gimnasios.
Los programas analizados son: Programa de Dispositivos
Residenciales Comunitarios (DRC) con niveles de apoyo
medio y alto, y Programa de Rehabilitación y Externación
Asistida (PREA) con niveles de apoyo bajo y medio.
A continuación, se presentan sus principales
características, tomando como fuente documentos y
resoluciones fundacionales de cada uno:
Caracterización comparativa de los programas PREA y
DRC
a. Creación y contexto de implementación
PREA: Creado en 1999 mediante resolución del Ministerio
de Salud de la provincia de Buenos Aires, con base en la
Declaración de Caracas. Su objetivo es la atención
comunitaria e integral de personas internadas de mediano
y largo plazo en hospitales psiquiátricos, promoviendo su
reinserción social.
DRC: Surge en 2020 en el marco de la adecuación
institucional del HIEN Dr. Cabred. Apunta a la creación de
dispositivos flexibles de atención para personas con
trastornos mentales severos, en concordancia con la Ley
Nacional de Salud Mental Nº 26.657.
b. Población beneficiaria
PREA: Personas internadas con interés en un proceso de
externación asistida, que puedan desenvolverse con cierto
grado de autonomía.
DRC: Personas con alta clínica que, sin embargo, enfrentan
barreras estructurales para la inclusión comunitaria, con
necesidad de apoyos específicos.
c. Objetivos
PREA: Promover la externación y reinserción a través de
dispositivos comunitarios adaptados a los recursos
disponibles, implicando activamente a pacientes, familias y
trabajadores.
DRC: Mejorar la calidad de vida y autonomía mediante
apoyos personalizados y flexibles, evitando internaciones
innecesarias.
d. Implementación y recursos
PREA: Dispositivos residenciales y de continuidad de
tratamiento garantizados por el hospital. Incluye
medicamentos, atención en crisis y condiciones
habitacionales adecuadas.
DRC: Atención residencial 24 horas. Financiación
combinada (aportes personales, subsidios, programas de
empleo). El hospital asegura insumos, alimentos y
medicación.
e. Enfoque de atención
PREA: Rehabilitación con énfasis en la autonomía, redes
sociales y cooperación comunitaria.
DRC: Enfoque clínico-terapéutico centrado en la persona,
adaptado a necesidades individuales.
f. Personal de salud
PREA: Promueve la reconversión del personal hospitalario
y su capacitación.
DRC: Equipos interdisciplinarios que incluyen
enfermeros/as, acompañantes terapéuticos, psicólogos/as,
psiquiatras, médicos/as clínicos, trabajadores/as sociales,
entre otros.
Al analizar los programas PREA y DRC se observa una
notable expansión en su alcance y capacidad operativa
entre 2020 y 2023. En enero de 2020, se registraban 75
personas usuarias bajo estos programas, cifra que ha
aumentado a 204 en la actualidad. El equipo de salud
también ha experimentado un crecimiento significativo,
pasando de 30 trabajadores/as a 122, incluyendo agentes
reconvertidos/as y nuevos/as profesionales contratados/as
para trabajar directamente en la comunidad. En cuanto a
las viviendas, se contaba con 36 espacios en enero de 2020,
mientras que actualmente se dispone de 64 casas. Este
crecimiento refleja el compromiso continuo con la
integración comunitaria y la mejora en la atención de las
personas usuarias de estos programas.
En síntesis, ambos programas, aunque desarrollados en
contextos históricos diferentes, se complementan en la
construcción de una red de atención que reemplaza la
lógica asilar por un enfoque de apoyos progresivos según
el perfil funcional de cada persona usuaria. Se inscriben en
el modelo social de la discapacidad, donde la vida
independiente, la autonomía y la toma de decisiones son
ejes fundamentales. Si bien persisten desafíos en cuanto a
cobertura y suficiencia, en la provincia de Buenos Aires se
avanza en la creación de nuevos dispositivos en el sector
público y privado. Este proceso se enmarca en normativas
tales como las normas complementarias para la
habilitación de efectores de salud mental y consumos
problemáticos aprobado por Resolución 4750/21 del
régimen de establecimientos privados asistenciales o de
recreación (16), el Decreto-Ley N°7.314/67(17) y su decreto
reglamentario N°3.280/90 (18), así como también a través
de la aprobación del “Modelo de Carta de Intención Oferta
Prestacional Salud Mental” a utilizar como oferta a
suscribir por parte de las entidades que ofrezcan servicios
de salud mental (19).
2 Representaciones del personal de salud
En la segunda etapa de nuestro trabajo, empleamos una
metodología que nos permitió desarrollar teorías,
conceptos y nuevas hipótesis basadas directamente en los
datos recolectados, sin apoyarnos en supuestos previos.
Este enfoque nos llevó a identificar dos tipos principales de
códigos:
Códigos sustantivos: Emergen directamente de los datos
empíricos originales y representan categorías que
encapsulan patrones o temas identificados durante el
análisis.
Códigos "in vivo": Son términos o frases utilizadas
textualmente por los propios participantes. Estos códigos
son especialmente valiosos porque reflejan el lenguaje y
significado preciso que las personas asignan a sus
experiencias, aportando una alta significación
interpretativa en el área de estudio.
A continuación, se presenta un resumen de los conceptos
construidos a partir del análisis de la información obtenida
de las entrevistas realizadas que consideramos de gran
utilidad para comenzar a comprender el trayecto
profesional y su impacto subjetivo en el personal de salud
desde el momento de su incorporación a los programas
comunitarios.
a. Referentes comunitarios
En el ámbito de la salud mental comunitaria, el concepto de
"Referentes comunitarios" refleja una transformación
significativa en el rol y la percepción de los profesionales de
la salud. Estos profesionales, sin distinción de su disciplina
o función específica dentro de los dispositivos, actúan
como facilitadores clave en el vínculo entre las personas
externadas y la comunidad. Su labor implica coordinar el
apoyo y acompañamiento necesario para la reintegración
comunitaria de los usuarios, lo que requiere un trabajo en
equipo interdisciplinario y, en muchos casos, una
resignificación de su proyecto laboral y de la comprensión
de sus propios roles y funciones.
Esta transformación puede generar una sensación de
pérdida de especificidad en el rol profesional; sin embargo,
también resalta el valor del trabajo interdisciplinario. Como
expresó un entrevistado: "ya decididamente vos sos la
expresión del equipo ahí afuera". En este contexto, el
personal de salud se convierte en un verdadero referente
comunitario para los usuarios, estando presente en el
"momento en que van redescubriendo algo nuevo".
Estas experiencias han llevado a que el "encierro" vivido
por los usuarios no sea asumido de manera natural por los
profesionales, quienes son testigos directos de sus efectos
perjudiciales. Sus perspectivas reflejan una postura ante la
tensión entre la inercia hacia la centralidad manicomial y la
integración comunitaria. En este sentido, los referentes
comunitarios ofrecen un sostenimiento, una continuidad
de cuidados y apoyos en la comunidad, esenciales para la
sostenibilidad de la salud y la vida cotidiana de los usuarios.
Dentro de este marco, se destacan varios aspectos clave:
Reconfiguración de roles profesionales: Se subraya la
necesidad de repensar la exibilidad de los roles en el
ámbito de la salud mental comunitaria. actitudes y
estrategias frente a los cambios y exigencias del entorno
laboral, sin perder de vista sus objetivos y valores
personales, integrando nuevas competencias y
resignificando el propio rol disciplinar.
Interdisciplinariedad: La afirmación de que el equipo de
salud se convierte en "expresiones del equipo" resalta la
importancia del trabajo interdisciplinario en la atención
comunitaria. Esto enfatiza la cooperación entre diferentes
disciplinas para abordar de manera efectiva las complejas
necesidades de salud comunitaria. Implica compartir una
posición crítica hacia los conceptos aceptados, es decir,
para pensar un problema en común. Vínculo comunitario:
La idea de que los trabajadores de la salud actúan como
puentes simbólicos, convirtiéndose en referentes
comunitarios y facilitadores del vínculo entre las personas
externadas y la comunidad, es fundamental para
garantizar procesos de inclusión social. Esto enfatiza la
importancia de comprender y abordar las necesidades y
valores individuales de los usuarios.
Resignificación del proyecto laboral: La necesidad de que
los profesionales resignifiquen su proyecto laboral pone de
relieve la importancia de la adaptabilidad y la capacidad de
aprendizaje continuo a lo largo de la carrera. En este
proceso, la subjetividad se constituye en un motor central
que orienta, sostiene y da sentido al aprendizaje,
especialmente en escenarios atravesados por el cambio
permanente. En este sentido, la gestión del cambio y la
posibilidad de reinventar el proyecto profesional no
pueden desligarse de los procesos subjetivos que los
trabajadores movilizan para dar sentido a su experiencia.
b. Grupalidad como Estrategia
El concepto de grupalidad emerge como una estrategia
clave en dos dimensiones interrelacionadas: la grupalidad
de las personas usuarias y la del propio equipo de salud.
b.1. Grupalidad como Resiliencia
Este concepto, expresado por el personal de salud en
referencia a las personas usuarias de los dispositivos, se
centra en cómo los individuos emplean la formación de
grupos y las relaciones grupales como una estrategia de
producción de subjetividad. Esta dinámica crea un "tercer
espacio" que ofrece una alternativa al encierro y a las
experiencias previas vividas. Se fundamenta en dos
aspectos esenciales:
b.1.a. Grupalidad como Resiliencia interna
Dentro de las instituciones de salud mental, como
hospitales o centros de tratamiento, las personas usuarias
suelen experimentar sensaciones de encierro y
aislamiento. La formación de grupos se convierte en una
estrategia para contrarrestar estos sentimientos,
permitiendo a los individuos compartir experiencias y
aspiraciones de vida fuera de la institución. Esta
comunidad de apoyo mutuo brinda seguridad en
momentos de vulnerabilidad y facilita la creación conjunta
de recursos y estrategias para afrontar el encierro.
b.1.b. Grupalidad como Resiliencia externa
Al egresar de la institución, las personas usuarias a
menudo son percibidas por otros como individuos que
"viven en otro mundo" en comparación con quienes no han
experimentado el encierro institucional, lo que puede
generar estigmatización. A pesar de ello, al participar en
dispositivos comunitarios, desarrollan recursos y
habilidades para enfrentar la vida fuera de la institución,
apoyados por el personal de salud y otros actores sociales.
El concepto de "Grupalidad como Resiliencia" refleja cómo
las personas usuarias de dispositivos de salud mental
utilizan la formación de grupos como una estrategia para
resistir y superar el encierro y la estigmatización, tanto
dentro como fuera de la institución. Esta grupalidad
proporciona sostenimiento y apoyo emocional, además de
facilitar el desarrollo de habilidades y recursos en el
proceso de inclusión en la sociedad. El equipo de salud
reconoce la importancia de comprender y trabajar con esta
dinámica compleja para brindar un apoyo más adecuado a
las necesidades de las personas usuarias.
b.2. Grupalidad como Intervención
Esta dimensión se refiere a una estrategia de trabajo
adoptada por el personal de salud como alternativa a las
formas tradicionales de intervención. En lugar de centrarse
únicamente en el tratamiento individual, se promueve la
exploración y el aprovechamiento de la dinámica grupal
como parte integral de la atención sociosanitaria. Al
trabajar desde la grupalidad, se reconoce la importancia de
comprender y abordar las relaciones y dinámicas
interpersonales que influyen en el bienestar general.
Es esencial también trabajar con la propia grupalidad como
profesionales intervinientes, donde se ponen en juego las
individualidades y las diversas perspectivas del mundo.
Esto implica manifestaciones y formas vinculares que se
configuran entre los profesionales, apostando por la
interdisciplina como estrategia ygica de intervención
sustentada en la grupalidad y la humanización. Se trata de
un abordaje centrado en dispositivos grupales, desde una
perspectiva interdisciplinaria a cargo de agentes de salud
con diferentes concepciones de sus propios roles y
funciones. Esta forma de intervención se caracteriza por
centrarse en la escucha empática, el respeto por el otro, la
circularidad de la palabra y la horizontalidad en las
relaciones.
c. Techo hospitalario como Sentido de pertenencia
El concepto de "Techo hospitalario como Sentido de
pertenencia" aborda la compleja interacción entre la
búsqueda de seguridad y protección emocional, laboral y
profesional por parte del personal de salud, y las tensiones
que emergen al redefinir sus roles y funciones al integrarse
en dispositivos comunitarios.
Por un lado, la incorporación laboral a estos dispositivos
permite valorar la autonomía en el trabajo y ofrece
oportunidades enriquecedoras para el contacto social, la
variedad de tareas, la disponibilidad de información y el
feedback sobre las labores realizadas. Además, se destaca
la valoración social positiva del trabajo y el apoyo de
compañeros/as, coordinadores/as y supervisores/as,
características que pueden hacer que la experiencia laboral
sea gratificante y enriquecedora.
Por otro lado, el personal de salud enfrenta desafíos como
la falta de especificidad en los roles y funciones asignadas,
la asunción de múltiples tareas, la percepción de escasez de
personal, la necesidad de dedicación y disponibilidad
constante, la alta demanda y dependencia por parte de las
personas usuarias, y la vinculación con la institución
hospitalaria. La tensión entre estas dos dimensiones, que
podrían sintetizarse como la valoración social positiva del
trabajo y el desafío ante la falta de especificidad de roles y
funciones contribuye a la formación del concepto
construido techo hospitalario como sentido de
pertenencia". El personal busca un nivel mínimo de
seguridad y protección emocional y laboral en su entorno
de trabajo, pero esta búsqueda se ve desafiada por
condiciones laborales y expectativas a menudo
abrumadoras. Esta tensión constante puede dar lugar a
sentimientos de agotamiento y frustración.
En este mismo sentido, se manifiesta una sensación de
incertidumbre. Aparece reiteradamente la sensación de
"estar solos", "como si no hubiera un techo protector", al
mismo tiempo que se valora positivamente la necesidad de
tomar iniciativas frente a las distintas situaciones que se
presentan en los dispositivos: "uno toma un montón de
decisiones estando fuera del hospital y estando solo".
Aunque las percepciones sobre el trabajo son subjetivas,
también revelan desigualdades, conflictos y tensiones que
pueden ser analizadas racionalmente para comprender
mejor la realidad investigada.
Este trabajo, particularmente en profesiones donde se lidia
con el sufrimiento ajeno, presenta un carácter ambivalente:
puede ser fuente de satisfacción personal, pero también de
agotamiento. La evidencia destaca que las relaciones
socioafectivas y el sentirse apoyado son recursos clave
para manejar el estrés asociado a estas dinámicas
profesionales.
CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN
La naturaleza exploratoria y descriptiva de esta
investigación no permite extraer conclusiones definitivas y
generalizables. Sin embargo, hemos identificado
constantes y hallazgos que, aunque provisionales, ofrecen
una base para futuras investigaciones que amplíen y
enriquezcan estos resultados.
Se destacan en los resultados de las experiencias narradas
en las entrevistas que estos programas generan
oportunidades de interacción y colaboración, fomentan la
comprensión mutua y ayudan a derribar barreras
estigmatizantes. De este modo, promueven una cultura s
empática y equitativa, donde las personas con discapacidad
psicosocial son reconocidas no sólo por sus aportes
concretos, sino también por la riqueza de sus experiencias y
perspectivas, facilitando asu participación plena y la
construcción de comunidades inclusivas y resilientes.
Según las percepciones del personal de salud, si bien
persisten obsculos y desafíos, los objetivos de estos
programas se cumplen en la mayoría de los casos. No
obstante, es fundamental destacar que de la información
obtenida en los resultados es relevante, como concepto
analítico, el rol crucial que ocupa el Estado y las
instituciones públicas para garantizar la sostenibilidad, el
funcionamiento y la identidad de estas estructuras dentro
de los procesos de transformación institucional. En este
sentido, la articulación en torno al concepto de sistema de
apoyo o soporte comunitario, como señala Rodríguez (20),
plantea la necesidad de promover y organizar, a nivel local,
una red coordinada de servicios, recursos, programas y
equipos que acompañen a las personas usuarias en la
satisfacción de sus distintas necesidades y en el desarrollo
de sus potencialidades, evitando su aislamiento o exclusión
de la comunidad.
Por ello, los resultados demuestran que es fundamental el
papel del personal de salud en la implementación efectiva
de estos programas, no solo como puente simbólico entre
los usuarios y la comunidad, sino también como recurso
humano capacitado que posibilita la rehabilitación y la
inclusión comunitaria plena, de un modo lo más autónomo
posible. Cabe destacar la importancia de la dimensión
relacional del equipo interdisciplinario, es decir, las
pre-condiciones intersubjetivas para el trabajo (21). La
necesidad de repensar la flexibilidad de los roles en el
ámbito de la salud mental comunitaria se relaciona con el
concepto de adaptabilidad profesional (22) entendiendo
por ésta a la capacidad de las personas para ajustar sus
habilidades.
El concepto de "Referentes comunitarios" en el campo de la
salud mental enriquece con nuevas dimensiones que
colaboran a la complejización del campo de conocimiento,
al enfocarse en la evolución de los roles profesionales, la
importancia de la colaboracn interdisciplinaria, la
construcción de identidades profesionales y la atención
centrada en la persona en entornos comunitarios.
Como señala Billett (23), el aprendizaje a lo largo de la vida
no es solo una respuesta funcional a las transformaciones
del trabajo, sino que se vincula estrechamente con la
construcción de la identidad y la agencia de los sujetos,
quienes al aprender también configuran y reconfiguran sus
trayectorias laborales.
En este marco, consideramos que el concepto de
"Grupalidad como Intervención" y su capacidad para
generar sentido, propicia la transformación y creación de
subjetividades. Reconoce que la salud es un fenómeno
multidimensional y que abordarla de manera integral
requiere un enfoque colaborativo, comprensivo y
progresivo. Al adoptar esta metodología, el equipo de salud
fortalece la relación terapéutica al involucrar activamente a
las personas usuarias en su propio proceso de atención y
reinserción en la comunidad.
El concepto construido a partir de las entrevistas
realizadas, "Techo hospitalario como Sentido de
pertenencia" subraya la importancia de reconocer que,
para mantener al personal de salud saludable y motivado,
es fundamental atender las tensiones inherentes a su
labor. Esto implica garantizar que el entorno hospitalario
ofrezca condiciones que promuevan su bienestar, mediante
medidas de protección tanto emocional como laboral.
Puede incluir la implementación de políticas y prácticas que
promuevan claridad en los roles, capacitación adecuada,
distribución pertinente de tareas, apoyo emocional y
acceso a recursos para el bienestar del equipo, clarificación
y fortalecimiento institucional de los programas
implementados, e instancias de encuentro y trabajo
grupal donde se visibilice el cuerpo total de agentes de
salud que actualmente esn trabajando bajo estos
programas. En última instancia, este concepto busca
equilibrar las demandas y las recompensas en el trabajo
del equipo de salud interviniente en los dispositivos para
mantener el bienestar y la satisfacción de quienes
desempeñan un papel fundamental en la atención y
acompañamiento de las personas usuarias.
La puesta en marcha de estos programas representa un
avance significativo hacia la construcción de una sociedad
s justa, inclusiva y consciente en materia de salud
mental.
Finalmente, consideramos esencial continuar
promoviendo investigaciones y acciones que contribuyan
a sistematizar experiencias y procesos de inclusión
comunitaria, recuperando las voces y saberes construidos
por las instituciones, los equipos de salud y las propias
personas usuarias.
Desde esta perspectiva, la producción de investigaciones
que contemplen a las personas usuarias de los servicios de
salud mental pero también, como es el caso de nuestro
trabajo, al personal de salud, permite interpelar la
persistencia de prácticas tutelares y alentar el desarrollo
de estrategias y recursos sustitutivos a la internación,
orientados al acceso a derechos y a la consolidación de una
autonomía entendida como una empresa social colectiva.
Considerar los servicios de salud mental y las prácticas de
cuidado a partir de las trayectorias de sus protagonistas
contribuye a la optimización, evaluación e implementación
de políticas públicas, al constituir referencias valiosas para
diseñar respuestas integrales que favorezcan la
continuidad de cuidados y la integración social de las
personas con padecimiento mental tras la externación.
FINANCIAMIENTO
Este trabajo se inscribe dentro del Proyecto de Investigación:
“Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas: estrategias
de inclusión social sustentable para personas con discapacidad
psicosocial, y percepciones de los y las trabajadores/as de salud
respecto de su implementación” realizado en el marco de la
convocatoria Programa de Becas Julieta Lanteri 2022-2023,
dependiente de la Dirección de investigación y Cooperación
Técnica, Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara,
Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. La
investigación se desarrolló desde el 14 de noviembre de 2022 al
14 de noviembre de 2023, siendo la institución coordinadora de
dicho proyecto el Hospital Interzonal Especializado
Neuropsiquiátrico “Dr. Domingo Cabred, con la participación
interinstitucional de la Universidad Nacional de Luján.
Autoras y autores
no manifiestan conflictos de interés.
Salud Publica 2025 Oct; 4
Artículo original AO
SALUD
REVISTA DEL MINISTERIO DE SALUD DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
RESULTADOS
1. Caracterización de los Programas Comunitarios de
Viviendas Asistidas dependientes del Servicio de
Rehabilitación del HIEN Dr. Domingo Cabred
La Ley Nacional de Salud Mental promueve de forma
enfática la adopción de un modelo comunitario de atención
en salud mental, como alternativa al modelo asilar, e
impulsa la reconstrucción de redes sociales e
institucionales que potencien la eficacia de los servicios. En
sintonía con la Ley N.º 26.529 de Derechos del Paciente,
ambas normativas colocan al usuario del sistema de salud
como sujeto de derechos, promoviendo su autonomía y su
participación activa en el proceso de atención.
En este marco, los Programas Comunitarios de Viviendas
Asistidas se orientan a la implementación de un modelo de
atención con base comunitaria y en redes integradas.
Retoman los principios de continuidad de cuidados e
involucran acuerdos entre actores, usuarios y servicios,
considerando los recursos disponibles y las necesidades
específicas de la población para definir el alcance de las
prestaciones (13).
Este modelo requiere de un abordaje intersectorial como
política integral, dada la complejidad de los desafíos a
afrontar. Así, se considera fundamental la articulación con
sectores como Justicia, Desarrollo Social, Seguridad,
Derechos Humanos, organizaciones de la sociedad civil,
Trabajo, Cultura y Educación, entre otros, en la
construcción de estrategias que respondan al gradiente de
necesidades, respetando la singularidad de cada situación.
En el HIEN Dr. Domingo Cabred, las bases estratégicas para
el cambio están centradas en la ampliación del modelo
comunitario, con una lógica de cuidados y diversificación
de servicios. A esto se suma la promoción de una atención
integral mediante la expansión de dispositivos
ambulatorios y la oferta de especialidades, así como la
consolidación del área de Docencia e Investigación. El uso
del predio e instalaciones para la formación de recursos
humanos, en articulación con instituciones educativas,
constituye un eje relevante del Plan de Adecuación de la
institución.
Asimismo, siguiendo las recomendaciones de la Dirección
Nacional de Salud Mental y Adicciones (14) para la
transformación de instituciones monovalentes, se
establece como prioridad la generación de estrategias de
reconversión y redistribución del personal, entendiendo
que los/as trabajadores/as son actores clave en el proceso
de reforma. La participación activa desde la etapa de
planificación fue uno de los aspectos abordados en la
segunda parte de nuestra investigación.
1.1. Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas en
Salud Mental
El modelo comunitario en salud mental promueve la
integración de la atención en redes de servicios
descentralizados y cercanos al entorno cotidiano de las
personas. Se priorizan acciones de atención primaria,
prevención y promoción de la salud, sin descuidar la
hospitalización, la rehabilitación y la inclusión social. Este
enfoque integra una mirada histórica y social del
padecimiento, una ética del cuidado basada en derechos, y
una concepción integral del sujeto y del sufrimiento
psíquico, reconociendo factores biológicos, psicológicos y
sociales, así como los principios de territorialidad, equidad
y accesibilidad.
Desde esta perspectiva, se problematiza una noción
homogénea y universalista de ciudadanía, reconociendo su
carácter múltiple, dinámico, intersubjetivo y
sociohistóricamente situado. Se subraya la tensión entre
igualdad legal y desigualdad material, y se incorpora el
reconocimiento de las identidades plurales y las diversas
formas de habitar lo social, incluyendo la diversidad
cultural y de géneros (15). En este marco, los Programas
Comunitarios se conciben como dispositivos que favorecen
el ejercicio de ciudadanía por parte de personas con
padecimientos mentales, históricamente excluidas de estos
espacios.
Los programas de viviendas asistidas están diseñados para
fortalecer las capacidades de las personas usuarias y
promover su autonomía, brindando los apoyos necesarios
en el momento y lugar adecuados para facilitar su
integración al entorno. Estos dispositivos ofrecen entornos
enriquecidos donde se desarrolla la vida en común;
permiten el acceso a los cuidados requeridos dentro de un
contexto participativo, y generan sostenimiento/holding
en términos integrales y subjetivos, favoreciendo el
desarrollo de habilidades personales, como el ejercicio de
una vida autónoma en comunidad. En lo que respecta a la
participación, las redes con los efectores comunitarios se
han complejizado en cuanto a la construcción y
sostenimiento de los vínculos, tanto por parte de los
usuarios como de los equipos de salud. Esta vinculación
incluye a agentes, vecinos y usuarios de múltiples espacios
comunitarios, tales como salas de atención primaria,
hospitales, consultorios privados, centros de integración
comunitaria, escuelas, casas de la tercera edad, casas de la
juventud, clubes y gimnasios.
Los programas analizados son: Programa de Dispositivos
Residenciales Comunitarios (DRC) con niveles de apoyo
medio y alto, y Programa de Rehabilitación y Externación
Asistida (PREA) con niveles de apoyo bajo y medio.
A continuación, se presentan sus principales
características, tomando como fuente documentos y
resoluciones fundacionales de cada uno:
Caracterización comparativa de los programas PREA y
DRC
a. Creación y contexto de implementación
PREA: Creado en 1999 mediante resolución del Ministerio
de Salud de la provincia de Buenos Aires, con base en la
Declaración de Caracas. Su objetivo es la atención
comunitaria e integral de personas internadas de mediano
y largo plazo en hospitales psiquiátricos, promoviendo su
reinserción social.
DRC: Surge en 2020 en el marco de la adecuación
institucional del HIEN Dr. Cabred. Apunta a la creación de
dispositivos flexibles de atención para personas con
trastornos mentales severos, en concordancia con la Ley
Nacional de Salud Mental Nº 26.657.
b. Población beneficiaria
PREA: Personas internadas con interés en un proceso de
externación asistida, que puedan desenvolverse con cierto
grado de autonomía.
DRC: Personas con alta clínica que, sin embargo, enfrentan
barreras estructurales para la inclusión comunitaria, con
necesidad de apoyos específicos.
c. Objetivos
PREA: Promover la externación y reinserción a través de
dispositivos comunitarios adaptados a los recursos
disponibles, implicando activamente a pacientes, familias y
trabajadores.
DRC: Mejorar la calidad de vida y autonomía mediante
apoyos personalizados y flexibles, evitando internaciones
innecesarias.
d. Implementación y recursos
PREA: Dispositivos residenciales y de continuidad de
tratamiento garantizados por el hospital. Incluye
medicamentos, atención en crisis y condiciones
habitacionales adecuadas.
DRC: Atención residencial 24 horas. Financiación
combinada (aportes personales, subsidios, programas de
empleo). El hospital asegura insumos, alimentos y
medicación.
e. Enfoque de atención
PREA: Rehabilitación con énfasis en la autonomía, redes
sociales y cooperación comunitaria.
DRC: Enfoque clínico-terapéutico centrado en la persona,
adaptado a necesidades individuales.
f. Personal de salud
PREA: Promueve la reconversión del personal hospitalario
y su capacitación.
DRC: Equipos interdisciplinarios que incluyen
enfermeros/as, acompañantes terapéuticos, psicólogos/as,
psiquiatras, médicos/as clínicos, trabajadores/as sociales,
entre otros.
Al analizar los programas PREA y DRC se observa una
notable expansión en su alcance y capacidad operativa
entre 2020 y 2023. En enero de 2020, se registraban 75
personas usuarias bajo estos programas, cifra que ha
aumentado a 204 en la actualidad. El equipo de salud
también ha experimentado un crecimiento significativo,
pasando de 30 trabajadores/as a 122, incluyendo agentes
reconvertidos/as y nuevos/as profesionales contratados/as
para trabajar directamente en la comunidad. En cuanto a
las viviendas, se contaba con 36 espacios en enero de 2020,
mientras que actualmente se dispone de 64 casas. Este
crecimiento refleja el compromiso continuo con la
integración comunitaria y la mejora en la atención de las
personas usuarias de estos programas.
En síntesis, ambos programas, aunque desarrollados en
contextos históricos diferentes, se complementan en la
construcción de una red de atención que reemplaza la
lógica asilar por un enfoque de apoyos progresivos según
el perfil funcional de cada persona usuaria. Se inscriben en
el modelo social de la discapacidad, donde la vida
independiente, la autonomía y la toma de decisiones son
ejes fundamentales. Si bien persisten desafíos en cuanto a
cobertura y suficiencia, en la provincia de Buenos Aires se
avanza en la creación de nuevos dispositivos en el sector
público y privado. Este proceso se enmarca en normativas
tales como las normas complementarias para la
habilitación de efectores de salud mental y consumos
problemáticos aprobado por Resolución 4750/21 del
régimen de establecimientos privados asistenciales o de
recreación (16), el Decreto-Ley N°7.314/67(17) y su decreto
reglamentario N°3.280/90 (18), así como también a través
de la aprobación del “Modelo de Carta de Intención Oferta
Prestacional Salud Mental” a utilizar como oferta a
suscribir por parte de las entidades que ofrezcan servicios
de salud mental (19).
2 Representaciones del personal de salud
En la segunda etapa de nuestro trabajo, empleamos una
metodología que nos permitió desarrollar teorías,
conceptos y nuevas hipótesis basadas directamente en los
datos recolectados, sin apoyarnos en supuestos previos.
Este enfoque nos llevó a identificar dos tipos principales de
códigos:
Códigos sustantivos: Emergen directamente de los datos
empíricos originales y representan categorías que
encapsulan patrones o temas identificados durante el
análisis.
Códigos "in vivo": Son términos o frases utilizadas
textualmente por los propios participantes. Estos códigos
son especialmente valiosos porque reflejan el lenguaje y
significado preciso que las personas asignan a sus
experiencias, aportando una alta significación
interpretativa en el área de estudio.
A continuación, se presenta un resumen de los conceptos
construidos a partir del análisis de la información obtenida
de las entrevistas realizadas que consideramos de gran
utilidad para comenzar a comprender el trayecto
profesional y su impacto subjetivo en el personal de salud
desde el momento de su incorporación a los programas
comunitarios.
a. Referentes comunitarios
En el ámbito de la salud mental comunitaria, el concepto de
"Referentes comunitarios" refleja una transformación
significativa en el rol y la percepción de los profesionales de
la salud. Estos profesionales, sin distinción de su disciplina
o función específica dentro de los dispositivos, actúan
como facilitadores clave en el vínculo entre las personas
externadas y la comunidad. Su labor implica coordinar el
apoyo y acompañamiento necesario para la reintegración
comunitaria de los usuarios, lo que requiere un trabajo en
equipo interdisciplinario y, en muchos casos, una
resignificación de su proyecto laboral y de la comprensión
de sus propios roles y funciones.
Esta transformación puede generar una sensación de
pérdida de especificidad en el rol profesional; sin embargo,
también resalta el valor del trabajo interdisciplinario. Como
expresó un entrevistado: "ya decididamente vos sos la
expresión del equipo ahí afuera". En este contexto, el
personal de salud se convierte en un verdadero referente
comunitario para los usuarios, estando presente en el
"momento en que van redescubriendo algo nuevo".
Estas experiencias han llevado a que el "encierro" vivido
por los usuarios no sea asumido de manera natural por los
profesionales, quienes son testigos directos de sus efectos
perjudiciales. Sus perspectivas reflejan una postura ante la
tensión entre la inercia hacia la centralidad manicomial y la
integración comunitaria. En este sentido, los referentes
comunitarios ofrecen un sostenimiento, una continuidad
de cuidados y apoyos en la comunidad, esenciales para la
sostenibilidad de la salud y la vida cotidiana de los usuarios.
Dentro de este marco, se destacan varios aspectos clave:
Reconfiguración de roles profesionales: Se subraya la
necesidad de repensar la flexibilidad de los roles en el
ámbito de la salud mental comunitaria. actitudes y
estrategias frente a los cambios y exigencias del entorno
laboral, sin perder de vista sus objetivos y valores
personales, integrando nuevas competencias y
resignificando el propio rol disciplinar.
Interdisciplinariedad: La afirmación de que el equipo de
salud se convierte en "expresiones del equipo" resalta la
importancia del trabajo interdisciplinario en la atención
comunitaria. Esto enfatiza la cooperación entre diferentes
disciplinas para abordar de manera efectiva las complejas
necesidades de salud comunitaria. Implica compartir una
posición crítica hacia los conceptos aceptados, es decir,
para pensar un problema en común. Vínculo comunitario:
La idea de que los trabajadores de la salud actúan como
puentes simbólicos, convirtiéndose en referentes
comunitarios y facilitadores del vínculo entre las personas
externadas y la comunidad, es fundamental para
garantizar procesos de inclusión social. Esto enfatiza la
importancia de comprender y abordar las necesidades y
valores individuales de los usuarios.
Resignificación del proyecto laboral: La necesidad de que
los profesionales resignifiquen su proyecto laboral pone de
relieve la importancia de la adaptabilidad y la capacidad de
aprendizaje continuo a lo largo de la carrera. En este
proceso, la subjetividad se constituye en un motor central
que orienta, sostiene y da sentido al aprendizaje,
especialmente en escenarios atravesados por el cambio
permanente. En este sentido, la gestión del cambio y la
posibilidad de reinventar el proyecto profesional no
pueden desligarse de los procesos subjetivos que los
trabajadores movilizan para dar sentido a su experiencia.
b. Grupalidad como Estrategia
El concepto de grupalidad emerge como una estrategia
clave en dos dimensiones interrelacionadas: la grupalidad
de las personas usuarias y la del propio equipo de salud.
b.1. Grupalidad como Resiliencia
Este concepto, expresado por el personal de salud en
referencia a las personas usuarias de los dispositivos, se
centra en cómo los individuos emplean la formación de
grupos y las relaciones grupales como una estrategia de
producción de subjetividad. Esta dinámica crea un "tercer
espacio" que ofrece una alternativa al encierro y a las
experiencias previas vividas. Se fundamenta en dos
aspectos esenciales:
b.1.a. Grupalidad como Resiliencia interna
Dentro de las instituciones de salud mental, como
hospitales o centros de tratamiento, las personas usuarias
suelen experimentar sensaciones de encierro y
aislamiento. La formación de grupos se convierte en una
estrategia para contrarrestar estos sentimientos,
permitiendo a los individuos compartir experiencias y
aspiraciones de vida fuera de la institución. Esta
comunidad de apoyo mutuo brinda seguridad en
momentos de vulnerabilidad y facilita la creación conjunta
de recursos y estrategias para afrontar el encierro.
b.1.b. Grupalidad como Resiliencia externa
Al egresar de la institución, las personas usuarias a
menudo son percibidas por otros como individuos que
"viven en otro mundo" en comparación con quienes no han
experimentado el encierro institucional, lo que puede
generar estigmatización. A pesar de ello, al participar en
dispositivos comunitarios, desarrollan recursos y
habilidades para enfrentar la vida fuera de la institución,
apoyados por el personal de salud y otros actores sociales.
El concepto de "Grupalidad como Resiliencia" refleja cómo
las personas usuarias de dispositivos de salud mental
utilizan la formación de grupos como una estrategia para
resistir y superar el encierro y la estigmatización, tanto
dentro como fuera de la institución. Esta grupalidad
proporciona sostenimiento y apoyo emocional, además de
facilitar el desarrollo de habilidades y recursos en el
proceso de inclusión en la sociedad. El equipo de salud
reconoce la importancia de comprender y trabajar con esta
dinámica compleja para brindar un apoyo más adecuado a
las necesidades de las personas usuarias.
b.2. Grupalidad como Intervención
Esta dimensión se refiere a una estrategia de trabajo
adoptada por el personal de salud como alternativa a las
formas tradicionales de intervención. En lugar de centrarse
únicamente en el tratamiento individual, se promueve la
exploración y el aprovechamiento de la dinámica grupal
como parte integral de la atención sociosanitaria. Al
trabajar desde la grupalidad, se reconoce la importancia de
comprender y abordar las relaciones y dinámicas
interpersonales que influyen en el bienestar general.
Es esencial también trabajar con la propia grupalidad como
profesionales intervinientes, donde se ponen en juego las
individualidades y las diversas perspectivas del mundo.
Esto implica manifestaciones y formas vinculares que se
configuran entre los profesionales, apostando por la
interdisciplina como estrategia y lógica de intervención
sustentada en la grupalidad y la humanización. Se trata de
un abordaje centrado en dispositivos grupales, desde una
perspectiva interdisciplinaria a cargo de agentes de salud
con diferentes concepciones de sus propios roles y
funciones. Esta forma de intervención se caracteriza por
centrarse en la escucha empática, el respeto por el otro, la
circularidad de la palabra y la horizontalidad en las
relaciones.
c. Techo hospitalario como Sentido de pertenencia
El concepto de "Techo hospitalario como Sentido de
pertenencia" aborda la compleja interacción entre la
búsqueda de seguridad y protección emocional, laboral y
profesional por parte del personal de salud, y las tensiones
que emergen al redefinir sus roles y funciones al integrarse
en dispositivos comunitarios.
Por un lado, la incorporación laboral a estos dispositivos
permite valorar la autonomía en el trabajo y ofrece
oportunidades enriquecedoras para el contacto social, la
variedad de tareas, la disponibilidad de información y el
feedback sobre las labores realizadas. Además, se destaca
la valoración social positiva del trabajo y el apoyo de
compañeros/as, coordinadores/as y supervisores/as,
características que pueden hacer que la experiencia laboral
sea gratificante y enriquecedora.
Por otro lado, el personal de salud enfrenta desafíos como
la falta de especificidad en los roles y funciones asignadas,
la asunción de múltiples tareas, la percepción de escasez de
personal, la necesidad de dedicación y disponibilidad
constante, la alta demanda y dependencia por parte de las
personas usuarias, y la vinculación con la institución
hospitalaria. La tensión entre estas dos dimensiones, que
podrían sintetizarse como la valoración social positiva del
trabajo y el desafío ante la falta de especificidad de roles y
funciones contribuye a la formación del concepto
construido techo hospitalario como sentido de
pertenencia". El personal busca un nivel mínimo de
seguridad y protección emocional y laboral en su entorno
de trabajo, pero esta búsqueda se ve desafiada por
condiciones laborales y expectativas a menudo
abrumadoras. Esta tensión constante puede dar lugar a
sentimientos de agotamiento y frustración.
En este mismo sentido, se manifiesta una sensación de
incertidumbre. Aparece reiteradamente la sensación de
"estar solos", "como si no hubiera un techo protector", al
mismo tiempo que se valora positivamente la necesidad de
tomar iniciativas frente a las distintas situaciones que se
presentan en los dispositivos: "uno toma un montón de
decisiones estando fuera del hospital y estando solo".
Aunque las percepciones sobre el trabajo son subjetivas,
también revelan desigualdades, conflictos y tensiones que
pueden ser analizadas racionalmente para comprender
mejor la realidad investigada.
Este trabajo, particularmente en profesiones donde se lidia
con el sufrimiento ajeno, presenta un carácter ambivalente:
puede ser fuente de satisfacción personal, pero también de
agotamiento. La evidencia destaca que las relaciones
socioafectivas y el sentirse apoyado son recursos clave
para manejar el estrés asociado a estas dinámicas
profesionales.
CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN
La naturaleza exploratoria y descriptiva de esta
investigación no permite extraer conclusiones definitivas y
generalizables. Sin embargo, hemos identificado
constantes y hallazgos que, aunque provisionales, ofrecen
una base para futuras investigaciones que amplíen y
enriquezcan estos resultados.
Se destacan en los resultados de las experiencias narradas
en las entrevistas que estos programas generan
oportunidades de interacción y colaboración, fomentan la
comprensión mutua y ayudan a derribar barreras
estigmatizantes. De este modo, promueven una cultura s
empática y equitativa, donde las personas con discapacidad
psicosocial son reconocidas no sólo por sus aportes
concretos, sino también por la riqueza de sus experiencias y
perspectivas, facilitando asu participación plena y la
construcción de comunidades inclusivas y resilientes.
Según las percepciones del personal de salud, si bien
persisten obsculos y desafíos, los objetivos de estos
programas se cumplen en la mayoría de los casos. No
obstante, es fundamental destacar que de la información
obtenida en los resultados es relevante, como concepto
analítico, el rol crucial que ocupa el Estado y las
instituciones públicas para garantizar la sostenibilidad, el
funcionamiento y la identidad de estas estructuras dentro
de los procesos de transformación institucional. En este
sentido, la articulación en torno al concepto de sistema de
apoyo o soporte comunitario, como señala Rodríguez (20),
plantea la necesidad de promover y organizar, a nivel local,
una red coordinada de servicios, recursos, programas y
equipos que acompañen a las personas usuarias en la
satisfacción de sus distintas necesidades y en el desarrollo
de sus potencialidades, evitando su aislamiento o exclusión
de la comunidad.
Por ello, los resultados demuestran que es fundamental el
papel del personal de salud en la implementación efectiva
de estos programas, no solo como puente simbólico entre
los usuarios y la comunidad, sino también como recurso
humano capacitado que posibilita la rehabilitación y la
inclusión comunitaria plena, de un modo lo más autónomo
posible. Cabe destacar la importancia de la dimensión
relacional del equipo interdisciplinario, es decir, las
pre-condiciones intersubjetivas para el trabajo (21). La
necesidad de repensar la flexibilidad de los roles en el
ámbito de la salud mental comunitaria se relaciona con el
concepto de adaptabilidad profesional (22) entendiendo
por ésta a la capacidad de las personas para ajustar sus
habilidades.
El concepto de "Referentes comunitarios" en el campo de la
salud mental enriquece con nuevas dimensiones que
colaboran a la complejización del campo de conocimiento,
al enfocarse en la evolución de los roles profesionales, la
importancia de la colaboracn interdisciplinaria, la
construcción de identidades profesionales y la atención
centrada en la persona en entornos comunitarios.
Como señala Billett (23), el aprendizaje a lo largo de la vida
no es solo una respuesta funcional a las transformaciones
del trabajo, sino que se vincula estrechamente con la
construcción de la identidad y la agencia de los sujetos,
quienes al aprender también configuran y reconfiguran sus
trayectorias laborales.
En este marco, consideramos que el concepto de
"Grupalidad como Intervención" y su capacidad para
generar sentido, propicia la transformación y creación de
subjetividades. Reconoce que la salud es un fenómeno
multidimensional y que abordarla de manera integral
requiere un enfoque colaborativo, comprensivo y
progresivo. Al adoptar esta metodología, el equipo de salud
fortalece la relación terapéutica al involucrar activamente a
las personas usuarias en su propio proceso de atención y
reinserción en la comunidad.
El concepto construido a partir de las entrevistas
realizadas, "Techo hospitalario como Sentido de
pertenencia" subraya la importancia de reconocer que,
para mantener al personal de salud saludable y motivado,
es fundamental atender las tensiones inherentes a su
labor. Esto implica garantizar que el entorno hospitalario
ofrezca condiciones que promuevan su bienestar, mediante
medidas de protección tanto emocional como laboral.
Puede incluir la implementación de políticas y prácticas que
promuevan claridad en los roles, capacitación adecuada,
distribución pertinente de tareas, apoyo emocional y
acceso a recursos para el bienestar del equipo, clarificación
y fortalecimiento institucional de los programas
implementados, e instancias de encuentro y trabajo
grupal donde se visibilice el cuerpo total de agentes de
salud que actualmente esn trabajando bajo estos
programas. En última instancia, este concepto busca
equilibrar las demandas y las recompensas en el trabajo
del equipo de salud interviniente en los dispositivos para
mantener el bienestar y la satisfacción de quienes
desempeñan un papel fundamental en la atención y
acompañamiento de las personas usuarias.
La puesta en marcha de estos programas representa un
avance significativo hacia la construcción de una sociedad
s justa, inclusiva y consciente en materia de salud
mental.
Finalmente, consideramos esencial continuar
promoviendo investigaciones y acciones que contribuyan
a sistematizar experiencias y procesos de inclusión
comunitaria, recuperando las voces y saberes construidos
por las instituciones, los equipos de salud y las propias
personas usuarias.
Desde esta perspectiva, la producción de investigaciones
que contemplen a las personas usuarias de los servicios de
salud mental pero también, como es el caso de nuestro
trabajo, al personal de salud, permite interpelar la
persistencia de prácticas tutelares y alentar el desarrollo
de estrategias y recursos sustitutivos a la internación,
orientados al acceso a derechos y a la consolidación de una
autonomía entendida como una empresa social colectiva.
Considerar los servicios de salud mental y las prácticas de
cuidado a partir de las trayectorias de sus protagonistas
contribuye a la optimización, evaluación e implementación
de políticas públicas, al constituir referencias valiosas para
diseñar respuestas integrales que favorezcan la
continuidad de cuidados y la integración social de las
personas con padecimiento mental tras la externación.
FINANCIAMIENTO
Este trabajo se inscribe dentro del Proyecto de Investigación:
“Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas: estrategias
de inclusión social sustentable para personas con discapacidad
psicosocial, y percepciones de los y las trabajadores/as de salud
respecto de su implementación” realizado en el marco de la
convocatoria Programa de Becas Julieta Lanteri 2022-2023,
dependiente de la Dirección de investigación y Cooperación
Técnica, Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara,
Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. La
investigación se desarrolló desde el 14 de noviembre de 2022 al
14 de noviembre de 2023, siendo la institución coordinadora de
dicho proyecto el Hospital Interzonal Especializado
Neuropsiquiátrico “Dr. Domingo Cabred, con la participación
interinstitucional de la Universidad Nacional de Luján.
Autoras y autores
no manifiestan conflictos de interés.
Salud Publica 2025 Oct; 4
RESULTADOS
1. Caracterización de los Programas Comunitarios de
Viviendas Asistidas dependientes del Servicio de
Rehabilitación del HIEN Dr. Domingo Cabred
La Ley Nacional de Salud Mental promueve de forma
enfática la adopción de un modelo comunitario de atención
en salud mental, como alternativa al modelo asilar, e
impulsa la reconstrucción de redes sociales e
institucionales que potencien la eficacia de los servicios. En
Artículo original AO
SALUD
REVISTA DEL MINISTERIO DE SALUD DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
sintonía con la Ley N.º 26.529 de Derechos del Paciente,
ambas normativas colocan al usuario del sistema de salud
como sujeto de derechos, promoviendo su autonomía y su
participación activa en el proceso de atención.
En este marco, los Programas Comunitarios de Viviendas
Asistidas se orientan a la implementación de un modelo de
atención con base comunitaria y en redes integradas.
Retoman los principios de continuidad de cuidados e
involucran acuerdos entre actores, usuarios y servicios,
considerando los recursos disponibles y las necesidades
específicas de la población para definir el alcance de las
prestaciones (13).
Este modelo requiere de un abordaje intersectorial como
política integral, dada la complejidad de los desafíos a
afrontar. Así, se considera fundamental la articulación con
sectores como Justicia, Desarrollo Social, Seguridad,
Derechos Humanos, organizaciones de la sociedad civil,
Trabajo, Cultura y Educación, entre otros, en la
construcción de estrategias que respondan al gradiente de
necesidades, respetando la singularidad de cada situación.
En el HIEN Dr. Domingo Cabred, las bases estratégicas para
el cambio están centradas en la ampliación del modelo
comunitario, con una lógica de cuidados y diversificación
de servicios. A esto se suma la promoción de una atención
integral mediante la expansión de dispositivos
ambulatorios y la oferta de especialidades, así como la
consolidación del área de Docencia e Investigación. El uso
del predio e instalaciones para la formación de recursos
humanos, en articulación con instituciones educativas,
constituye un eje relevante del Plan de Adecuación de la
institución.
Asimismo, siguiendo las recomendaciones de la Dirección
Nacional de Salud Mental y Adicciones (14) para la
transformación de instituciones monovalentes, se
establece como prioridad la generación de estrategias de
reconversión y redistribución del personal, entendiendo
que los/as trabajadores/as son actores clave en el proceso
de reforma. La participación activa desde la etapa de
planificación fue uno de los aspectos abordados en la
segunda parte de nuestra investigación.
1.1. Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas en
Salud Mental
El modelo comunitario en salud mental promueve la
integración de la atención en redes de servicios
descentralizados y cercanos al entorno cotidiano de las
personas. Se priorizan acciones de atención primaria,
prevención y promoción de la salud, sin descuidar la
hospitalización, la rehabilitación y la inclusión social. Este
enfoque integra una mirada histórica y social del
padecimiento, una ética del cuidado basada en derechos, y
una concepción integral del sujeto y del sufrimiento
psíquico, reconociendo factores biológicos, psicológicos y
sociales, así como los principios de territorialidad, equidad
y accesibilidad.
Desde esta perspectiva, se problematiza una noción
homogénea y universalista de ciudadanía, reconociendo su
carácter múltiple, dinámico, intersubjetivo y
sociohistóricamente situado. Se subraya la tensión entre
igualdad legal y desigualdad material, y se incorpora el
reconocimiento de las identidades plurales y las diversas
formas de habitar lo social, incluyendo la diversidad
cultural y de géneros (15). En este marco, los Programas
Comunitarios se conciben como dispositivos que favorecen
el ejercicio de ciudadanía por parte de personas con
padecimientos mentales, históricamente excluidas de estos
espacios.
Los programas de viviendas asistidas están diseñados para
fortalecer las capacidades de las personas usuarias y
promover su autonomía, brindando los apoyos necesarios
en el momento y lugar adecuados para facilitar su
integración al entorno. Estos dispositivos ofrecen entornos
enriquecidos donde se desarrolla la vida en común;
permiten el acceso a los cuidados requeridos dentro de un
contexto participativo, y generan sostenimiento/holding
en términos integrales y subjetivos, favoreciendo el
desarrollo de habilidades personales, como el ejercicio de
una vida autónoma en comunidad. En lo que respecta a la
participación, las redes con los efectores comunitarios se
han complejizado en cuanto a la construcción y
sostenimiento de los vínculos, tanto por parte de los
usuarios como de los equipos de salud. Esta vinculación
incluye a agentes, vecinos y usuarios de múltiples espacios
comunitarios, tales como salas de atención primaria,
hospitales, consultorios privados, centros de integración
comunitaria, escuelas, casas de la tercera edad, casas de la
juventud, clubes y gimnasios.
Los programas analizados son: Programa de Dispositivos
Residenciales Comunitarios (DRC) con niveles de apoyo
medio y alto, y Programa de Rehabilitación y Externación
Asistida (PREA) con niveles de apoyo bajo y medio.
A continuación, se presentan sus principales
características, tomando como fuente documentos y
resoluciones fundacionales de cada uno:
Caracterización comparativa de los programas PREA y
DRC
a. Creación y contexto de implementación
PREA: Creado en 1999 mediante resolución del Ministerio
de Salud de la provincia de Buenos Aires, con base en la
Declaración de Caracas. Su objetivo es la atención
comunitaria e integral de personas internadas de mediano
y largo plazo en hospitales psiquiátricos, promoviendo su
reinserción social.
DRC: Surge en 2020 en el marco de la adecuación
institucional del HIEN Dr. Cabred. Apunta a la creación de
dispositivos flexibles de atención para personas con
trastornos mentales severos, en concordancia con la Ley
Nacional de Salud Mental Nº 26.657.
b. Población beneficiaria
PREA: Personas internadas con interés en un proceso de
externación asistida, que puedan desenvolverse con cierto
grado de autonomía.
DRC: Personas con alta clínica que, sin embargo, enfrentan
barreras estructurales para la inclusión comunitaria, con
necesidad de apoyos específicos.
c. Objetivos
PREA: Promover la externación y reinserción a través de
dispositivos comunitarios adaptados a los recursos
disponibles, implicando activamente a pacientes, familias y
trabajadores.
DRC: Mejorar la calidad de vida y autonomía mediante
apoyos personalizados y flexibles, evitando internaciones
innecesarias.
d. Implementación y recursos
PREA: Dispositivos residenciales y de continuidad de
tratamiento garantizados por el hospital. Incluye
medicamentos, atención en crisis y condiciones
habitacionales adecuadas.
DRC: Atención residencial 24 horas. Financiación
combinada (aportes personales, subsidios, programas de
empleo). El hospital asegura insumos, alimentos y
medicación.
e. Enfoque de atención
PREA: Rehabilitación con énfasis en la autonomía, redes
sociales y cooperación comunitaria.
DRC: Enfoque clínico-terapéutico centrado en la persona,
adaptado a necesidades individuales.
f. Personal de salud
PREA: Promueve la reconversión del personal hospitalario
y su capacitación.
DRC: Equipos interdisciplinarios que incluyen
enfermeros/as, acompañantes terapéuticos, psicólogos/as,
psiquiatras, médicos/as clínicos, trabajadores/as sociales,
entre otros.
Al analizar los programas PREA y DRC se observa una
notable expansión en su alcance y capacidad operativa
entre 2020 y 2023. En enero de 2020, se registraban 75
personas usuarias bajo estos programas, cifra que ha
aumentado a 204 en la actualidad. El equipo de salud
también ha experimentado un crecimiento significativo,
pasando de 30 trabajadores/as a 122, incluyendo agentes
reconvertidos/as y nuevos/as profesionales contratados/as
para trabajar directamente en la comunidad. En cuanto a
las viviendas, se contaba con 36 espacios en enero de 2020,
mientras que actualmente se dispone de 64 casas. Este
crecimiento refleja el compromiso continuo con la
integración comunitaria y la mejora en la atención de las
personas usuarias de estos programas.
En síntesis, ambos programas, aunque desarrollados en
contextos históricos diferentes, se complementan en la
construcción de una red de atención que reemplaza la
lógica asilar por un enfoque de apoyos progresivos según
el perfil funcional de cada persona usuaria. Se inscriben en
el modelo social de la discapacidad, donde la vida
independiente, la autonomía y la toma de decisiones son
ejes fundamentales. Si bien persisten desafíos en cuanto a
cobertura y suficiencia, en la provincia de Buenos Aires se
avanza en la creación de nuevos dispositivos en el sector
público y privado. Este proceso se enmarca en normativas
tales como las normas complementarias para la
habilitación de efectores de salud mental y consumos
problemáticos aprobado por Resolución 4750/21 del
régimen de establecimientos privados asistenciales o de
recreación (16), el Decreto-Ley N°7.314/67(17) y su decreto
reglamentario N°3.280/90 (18), así como también a través
de la aprobación del “Modelo de Carta de Intención Oferta
Prestacional Salud Mental” a utilizar como oferta a
suscribir por parte de las entidades que ofrezcan servicios
de salud mental (19).
2 Representaciones del personal de salud
En la segunda etapa de nuestro trabajo, empleamos una
metodología que nos permitió desarrollar teorías,
conceptos y nuevas hipótesis basadas directamente en los
datos recolectados, sin apoyarnos en supuestos previos.
Este enfoque nos llevó a identificar dos tipos principales de
códigos:
Códigos sustantivos: Emergen directamente de los datos
empíricos originales y representan categorías que
encapsulan patrones o temas identificados durante el
análisis.
Códigos "in vivo": Son términos o frases utilizadas
textualmente por los propios participantes. Estos códigos
son especialmente valiosos porque reflejan el lenguaje y
significado preciso que las personas asignan a sus
experiencias, aportando una alta significación
interpretativa en el área de estudio.
A continuación, se presenta un resumen de los conceptos
construidos a partir del análisis de la información obtenida
de las entrevistas realizadas que consideramos de gran
utilidad para comenzar a comprender el trayecto
profesional y su impacto subjetivo en el personal de salud
desde el momento de su incorporación a los programas
comunitarios.
a. Referentes comunitarios
En el ámbito de la salud mental comunitaria, el concepto de
"Referentes comunitarios" refleja una transformación
significativa en el rol y la percepción de los profesionales de
la salud. Estos profesionales, sin distinción de su disciplina
o función específica dentro de los dispositivos, actúan
como facilitadores clave en el vínculo entre las personas
externadas y la comunidad. Su labor implica coordinar el
apoyo y acompañamiento necesario para la reintegración
comunitaria de los usuarios, lo que requiere un trabajo en
equipo interdisciplinario y, en muchos casos, una
resignificación de su proyecto laboral y de la comprensión
de sus propios roles y funciones.
Esta transformación puede generar una sensación de
pérdida de especificidad en el rol profesional; sin embargo,
también resalta el valor del trabajo interdisciplinario. Como
expresó un entrevistado: "ya decididamente vos sos la
expresión del equipo ahí afuera". En este contexto, el
personal de salud se convierte en un verdadero referente
comunitario para los usuarios, estando presente en el
"momento en que van redescubriendo algo nuevo".
Estas experiencias han llevado a que el "encierro" vivido
por los usuarios no sea asumido de manera natural por los
profesionales, quienes son testigos directos de sus efectos
perjudiciales. Sus perspectivas reflejan una postura ante la
tensión entre la inercia hacia la centralidad manicomial y la
integración comunitaria. En este sentido, los referentes
comunitarios ofrecen un sostenimiento, una continuidad
de cuidados y apoyos en la comunidad, esenciales para la
sostenibilidad de la salud y la vida cotidiana de los usuarios.
Dentro de este marco, se destacan varios aspectos clave:
Reconfiguración de roles profesionales: Se subraya la
necesidad de repensar la flexibilidad de los roles en el
ámbito de la salud mental comunitaria. actitudes y
estrategias frente a los cambios y exigencias del entorno
laboral, sin perder de vista sus objetivos y valores
personales, integrando nuevas competencias y
resignificando el propio rol disciplinar.
Interdisciplinariedad: La afirmación de que el equipo de
salud se convierte en "expresiones del equipo" resalta la
importancia del trabajo interdisciplinario en la atención
comunitaria. Esto enfatiza la cooperación entre diferentes
disciplinas para abordar de manera efectiva las complejas
necesidades de salud comunitaria. Implica compartir una
posición crítica hacia los conceptos aceptados, es decir,
para pensar un problema en común. Vínculo comunitario:
La idea de que los trabajadores de la salud actúan como
puentes simbólicos, convirtiéndose en referentes
comunitarios y facilitadores del vínculo entre las personas
externadas y la comunidad, es fundamental para
garantizar procesos de inclusión social. Esto enfatiza la
importancia de comprender y abordar las necesidades y
valores individuales de los usuarios.
Resignificación del proyecto laboral: La necesidad de que
los profesionales resignifiquen su proyecto laboral pone de
relieve la importancia de la adaptabilidad y la capacidad de
aprendizaje continuo a lo largo de la carrera. En este
proceso, la subjetividad se constituye en un motor central
que orienta, sostiene y da sentido al aprendizaje,
especialmente en escenarios atravesados por el cambio
permanente. En este sentido, la gestión del cambio y la
posibilidad de reinventar el proyecto profesional no
pueden desligarse de los procesos subjetivos que los
trabajadores movilizan para dar sentido a su experiencia.
b. Grupalidad como Estrategia
El concepto de grupalidad emerge como una estrategia
clave en dos dimensiones interrelacionadas: la grupalidad
de las personas usuarias y la del propio equipo de salud.
b.1. Grupalidad como Resiliencia
Este concepto, expresado por el personal de salud en
referencia a las personas usuarias de los dispositivos, se
centra en cómo los individuos emplean la formación de
grupos y las relaciones grupales como una estrategia de
producción de subjetividad. Esta dinámica crea un "tercer
espacio" que ofrece una alternativa al encierro y a las
experiencias previas vividas. Se fundamenta en dos
aspectos esenciales:
b.1.a. Grupalidad como Resiliencia interna
Dentro de las instituciones de salud mental, como
hospitales o centros de tratamiento, las personas usuarias
suelen experimentar sensaciones de encierro y
aislamiento. La formación de grupos se convierte en una
estrategia para contrarrestar estos sentimientos,
permitiendo a los individuos compartir experiencias y
aspiraciones de vida fuera de la institución. Esta
comunidad de apoyo mutuo brinda seguridad en
momentos de vulnerabilidad y facilita la creación conjunta
de recursos y estrategias para afrontar el encierro.
b.1.b. Grupalidad como Resiliencia externa
Al egresar de la institución, las personas usuarias a
menudo son percibidas por otros como individuos que
"viven en otro mundo" en comparación con quienes no han
experimentado el encierro institucional, lo que puede
generar estigmatización. A pesar de ello, al participar en
dispositivos comunitarios, desarrollan recursos y
habilidades para enfrentar la vida fuera de la institución,
apoyados por el personal de salud y otros actores sociales.
El concepto de "Grupalidad como Resiliencia" refleja cómo
las personas usuarias de dispositivos de salud mental
utilizan la formación de grupos como una estrategia para
resistir y superar el encierro y la estigmatización, tanto
dentro como fuera de la institución. Esta grupalidad
proporciona sostenimiento y apoyo emocional, además de
facilitar el desarrollo de habilidades y recursos en el
proceso de inclusión en la sociedad. El equipo de salud
reconoce la importancia de comprender y trabajar con esta
dinámica compleja para brindar un apoyo más adecuado a
las necesidades de las personas usuarias.
b.2. Grupalidad como Intervención
Esta dimensión se refiere a una estrategia de trabajo
adoptada por el personal de salud como alternativa a las
formas tradicionales de intervención. En lugar de centrarse
únicamente en el tratamiento individual, se promueve la
exploración y el aprovechamiento de la dinámica grupal
como parte integral de la atención sociosanitaria. Al
trabajar desde la grupalidad, se reconoce la importancia de
comprender y abordar las relaciones y dinámicas
interpersonales que influyen en el bienestar general.
Es esencial también trabajar con la propia grupalidad como
profesionales intervinientes, donde se ponen en juego las
individualidades y las diversas perspectivas del mundo.
Esto implica manifestaciones y formas vinculares que se
configuran entre los profesionales, apostando por la
interdisciplina como estrategia y lógica de intervención
sustentada en la grupalidad y la humanización. Se trata de
un abordaje centrado en dispositivos grupales, desde una
perspectiva interdisciplinaria a cargo de agentes de salud
con diferentes concepciones de sus propios roles y
funciones. Esta forma de intervención se caracteriza por
centrarse en la escucha empática, el respeto por el otro, la
circularidad de la palabra y la horizontalidad en las
relaciones.
c. Techo hospitalario como Sentido de pertenencia
El concepto de "Techo hospitalario como Sentido de
pertenencia" aborda la compleja interacción entre la
búsqueda de seguridad y protección emocional, laboral y
profesional por parte del personal de salud, y las tensiones
que emergen al redefinir sus roles y funciones al integrarse
en dispositivos comunitarios.
Por un lado, la incorporación laboral a estos dispositivos
permite valorar la autonomía en el trabajo y ofrece
oportunidades enriquecedoras para el contacto social, la
variedad de tareas, la disponibilidad de información y el
feedback sobre las labores realizadas. Además, se destaca
la valoración social positiva del trabajo y el apoyo de
compañeros/as, coordinadores/as y supervisores/as,
características que pueden hacer que la experiencia laboral
sea gratificante y enriquecedora.
Por otro lado, el personal de salud enfrenta desafíos como
la falta de especificidad en los roles y funciones asignadas,
la asunción de múltiples tareas, la percepción de escasez de
personal, la necesidad de dedicación y disponibilidad
constante, la alta demanda y dependencia por parte de las
personas usuarias, y la vinculación con la institución
hospitalaria. La tensión entre estas dos dimensiones, que
podrían sintetizarse como la valoración social positiva del
trabajo y el desafío ante la falta de especificidad de roles y
funciones contribuye a la formación del concepto
construido “techo hospitalario como sentido de
pertenencia". El personal busca un nivel mínimo de
seguridad y protección emocional y laboral en su entorno
de trabajo, pero esta búsqueda se ve desafiada por
condiciones laborales y expectativas a menudo
abrumadoras. Esta tensión constante puede dar lugar a
sentimientos de agotamiento y frustración.
En este mismo sentido, se manifiesta una sensación de
incertidumbre. Aparece reiteradamente la sensación de
"estar solos", "como si no hubiera un techo protector", al
mismo tiempo que se valora positivamente la necesidad de
tomar iniciativas frente a las distintas situaciones que se
presentan en los dispositivos: "uno toma un montón de
decisiones estando fuera del hospital y estando solo".
Aunque las percepciones sobre el trabajo son subjetivas,
también revelan desigualdades, conflictos y tensiones que
pueden ser analizadas racionalmente para comprender
mejor la realidad investigada.
Este trabajo, particularmente en profesiones donde se lidia
con el sufrimiento ajeno, presenta un carácter ambivalente:
puede ser fuente de satisfacción personal, pero también de
agotamiento. La evidencia destaca que las relaciones
socioafectivas y el sentirse apoyado son recursos clave
para manejar el estrés asociado a estas dinámicas
profesionales.
CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN
La naturaleza exploratoria y descriptiva de esta
investigación no permite extraer conclusiones definitivas y
generalizables. Sin embargo, hemos identificado
constantes y hallazgos que, aunque provisionales, ofrecen
una base para futuras investigaciones que amplíen y
enriquezcan estos resultados.
Se destacan en los resultados de las experiencias narradas
en las entrevistas que estos programas generan
oportunidades de interacción y colaboración, fomentan la
comprensión mutua y ayudan a derribar barreras
estigmatizantes. De este modo, promueven una cultura más
empática y equitativa, donde las personas con discapacidad
psicosocial son reconocidas no sólo por sus aportes
concretos, sino también por la riqueza de sus experiencias y
perspectivas, facilitando así su participación plena y la
construcción de comunidades inclusivas y resilientes.
Según las percepciones del personal de salud, si bien
persisten obstáculos y desafíos, los objetivos de estos
programas se cumplen en la mayoría de los casos. No
obstante, es fundamental destacar que de la información
obtenida en los resultados es relevante, como concepto
analítico, el rol crucial que ocupa el Estado y las
instituciones públicas para garantizar la sostenibilidad, el
funcionamiento y la identidad de estas estructuras dentro
de los procesos de transformación institucional. En este
sentido, la articulación en torno al concepto de sistema de
apoyo o soporte comunitario, como señala Rodríguez (20),
plantea la necesidad de promover y organizar, a nivel local,
una red coordinada de servicios, recursos, programas y
equipos que acompañen a las personas usuarias en la
satisfacción de sus distintas necesidades y en el desarrollo
de sus potencialidades, evitando su aislamiento o exclusión
de la comunidad.
Por ello, los resultados demuestran que es fundamental el
papel del personal de salud en la implementación efectiva
de estos programas, no solo como puente simbólico entre
los usuarios y la comunidad, sino también como recurso
humano capacitado que posibilita la rehabilitación y la
inclusión comunitaria plena, de un modo lo más autónomo
posible. Cabe destacar la importancia de la dimensión
relacional del equipo interdisciplinario, es decir, las
pre-condiciones intersubjetivas para el trabajo (21). La
necesidad de repensar la flexibilidad de los roles en el
ámbito de la salud mental comunitaria se relaciona con el
concepto de adaptabilidad profesional (22) entendiendo
por ésta a la capacidad de las personas para ajustar sus
habilidades.
El concepto de "Referentes comunitarios" en el campo de la
salud mental enriquece con nuevas dimensiones que
colaboran a la complejización del campo de conocimiento,
al enfocarse en la evolución de los roles profesionales, la
importancia de la colaboracn interdisciplinaria, la
construcción de identidades profesionales y la atención
centrada en la persona en entornos comunitarios.
Como señala Billett (23), el aprendizaje a lo largo de la vida
no es solo una respuesta funcional a las transformaciones
del trabajo, sino que se vincula estrechamente con la
construcción de la identidad y la agencia de los sujetos,
quienes al aprender también configuran y reconfiguran sus
trayectorias laborales.
En este marco, consideramos que el concepto de
"Grupalidad como Intervención" y su capacidad para
generar sentido, propicia la transformación y creación de
subjetividades. Reconoce que la salud es un fenómeno
multidimensional y que abordarla de manera integral
requiere un enfoque colaborativo, comprensivo y
progresivo. Al adoptar esta metodología, el equipo de salud
fortalece la relación terapéutica al involucrar activamente a
las personas usuarias en su propio proceso de atención y
reinserción en la comunidad.
El concepto construido a partir de las entrevistas
realizadas, "Techo hospitalario como Sentido de
pertenencia" subraya la importancia de reconocer que,
para mantener al personal de salud saludable y motivado,
es fundamental atender las tensiones inherentes a su
labor. Esto implica garantizar que el entorno hospitalario
ofrezca condiciones que promuevan su bienestar, mediante
medidas de protección tanto emocional como laboral.
Puede incluir la implementación de políticas y prácticas que
promuevan claridad en los roles, capacitación adecuada,
distribución pertinente de tareas, apoyo emocional y
acceso a recursos para el bienestar del equipo, clarificación
y fortalecimiento institucional de los programas
implementados, e instancias de encuentro y trabajo
grupal donde se visibilice el cuerpo total de agentes de
salud que actualmente esn trabajando bajo estos
programas. En última instancia, este concepto busca
equilibrar las demandas y las recompensas en el trabajo
del equipo de salud interviniente en los dispositivos para
mantener el bienestar y la satisfacción de quienes
desempeñan un papel fundamental en la atención y
acompañamiento de las personas usuarias.
La puesta en marcha de estos programas representa un
avance significativo hacia la construcción de una sociedad
más justa, inclusiva y consciente en materia de salud
mental.
Finalmente, consideramos esencial continuar
promoviendo investigaciones y acciones que contribuyan
a sistematizar experiencias y procesos de inclusión
comunitaria, recuperando las voces y saberes construidos
por las instituciones, los equipos de salud y las propias
personas usuarias.
Desde esta perspectiva, la producción de investigaciones
que contemplen a las personas usuarias de los servicios de
salud mental pero también, como es el caso de nuestro
trabajo, al personal de salud, permite interpelar la
persistencia de prácticas tutelares y alentar el desarrollo
de estrategias y recursos sustitutivos a la internación,
orientados al acceso a derechos y a la consolidación de una
autonomía entendida como una empresa social colectiva.
Considerar los servicios de salud mental y las prácticas de
cuidado a partir de las trayectorias de sus protagonistas
contribuye a la optimización, evaluación e implementación
de políticas públicas, al constituir referencias valiosas para
diseñar respuestas integrales que favorezcan la
continuidad de cuidados y la integración social de las
personas con padecimiento mental tras la externación.
Cn y Ds
FINANCIAMIENTO
Este trabajo se inscribe dentro del Proyecto de Investigación:
“Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas: estrategias
de inclusión social sustentable para personas con discapacidad
psicosocial, y percepciones de los y las trabajadores/as de salud
respecto de su implementación” realizado en el marco de la
convocatoria Programa de Becas Julieta Lanteri 2022-2023,
dependiente de la Dirección de investigación y Cooperación
Técnica, Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara,
Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. La
investigación se desarrolló desde el 14 de noviembre de 2022 al
14 de noviembre de 2023, siendo la institución coordinadora de
dicho proyecto el Hospital Interzonal Especializado
Neuropsiquiátrico “Dr. Domingo Cabred, con la participación
interinstitucional de la Universidad Nacional de Luján.
Autoras y autores
no manifiestan conflictos de interés.
Salud Publica 2025 Oct; 4
RESULTADOS
1. Caracterización de los Programas Comunitarios de
Viviendas Asistidas dependientes del Servicio de
Rehabilitación del HIEN Dr. Domingo Cabred
La Ley Nacional de Salud Mental promueve de forma
enfática la adopción de un modelo comunitario de atención
en salud mental, como alternativa al modelo asilar, e
impulsa la reconstrucción de redes sociales e
institucionales que potencien la eficacia de los servicios. En
Artículo original AO
SALUD
REVISTA DEL MINISTERIO DE SALUD DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
sintonía con la Ley N.º 26.529 de Derechos del Paciente,
ambas normativas colocan al usuario del sistema de salud
como sujeto de derechos, promoviendo su autonomía y su
participación activa en el proceso de atención.
En este marco, los Programas Comunitarios de Viviendas
Asistidas se orientan a la implementación de un modelo de
atención con base comunitaria y en redes integradas.
Retoman los principios de continuidad de cuidados e
involucran acuerdos entre actores, usuarios y servicios,
considerando los recursos disponibles y las necesidades
específicas de la población para definir el alcance de las
prestaciones (13).
Este modelo requiere de un abordaje intersectorial como
política integral, dada la complejidad de los desafíos a
afrontar. Así, se considera fundamental la articulación con
sectores como Justicia, Desarrollo Social, Seguridad,
Derechos Humanos, organizaciones de la sociedad civil,
Trabajo, Cultura y Educación, entre otros, en la
construcción de estrategias que respondan al gradiente de
necesidades, respetando la singularidad de cada situación.
En el HIEN Dr. Domingo Cabred, las bases estratégicas para
el cambio están centradas en la ampliación del modelo
comunitario, con una lógica de cuidados y diversificación
de servicios. A esto se suma la promoción de una atención
integral mediante la expansión de dispositivos
ambulatorios y la oferta de especialidades, así como la
consolidación del área de Docencia e Investigación. El uso
del predio e instalaciones para la formación de recursos
humanos, en articulación con instituciones educativas,
constituye un eje relevante del Plan de Adecuación de la
institución.
Asimismo, siguiendo las recomendaciones de la Dirección
Nacional de Salud Mental y Adicciones (14) para la
transformación de instituciones monovalentes, se
establece como prioridad la generación de estrategias de
reconversión y redistribución del personal, entendiendo
que los/as trabajadores/as son actores clave en el proceso
de reforma. La participación activa desde la etapa de
planificación fue uno de los aspectos abordados en la
segunda parte de nuestra investigación.
1.1. Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas en
Salud Mental
El modelo comunitario en salud mental promueve la
integración de la atención en redes de servicios
descentralizados y cercanos al entorno cotidiano de las
personas. Se priorizan acciones de atención primaria,
prevención y promoción de la salud, sin descuidar la
hospitalización, la rehabilitación y la inclusión social. Este
enfoque integra una mirada histórica y social del
padecimiento, una ética del cuidado basada en derechos, y
una concepción integral del sujeto y del sufrimiento
psíquico, reconociendo factores biológicos, psicológicos y
sociales, así como los principios de territorialidad, equidad
y accesibilidad.
Desde esta perspectiva, se problematiza una noción
homogénea y universalista de ciudadanía, reconociendo su
carácter múltiple, dinámico, intersubjetivo y
sociohistóricamente situado. Se subraya la tensión entre
igualdad legal y desigualdad material, y se incorpora el
reconocimiento de las identidades plurales y las diversas
formas de habitar lo social, incluyendo la diversidad
cultural y de géneros (15). En este marco, los Programas
Comunitarios se conciben como dispositivos que favorecen
el ejercicio de ciudadanía por parte de personas con
padecimientos mentales, históricamente excluidas de estos
espacios.
Los programas de viviendas asistidas están diseñados para
fortalecer las capacidades de las personas usuarias y
promover su autonomía, brindando los apoyos necesarios
en el momento y lugar adecuados para facilitar su
integración al entorno. Estos dispositivos ofrecen entornos
enriquecidos donde se desarrolla la vida en común;
permiten el acceso a los cuidados requeridos dentro de un
contexto participativo, y generan sostenimiento/holding
en términos integrales y subjetivos, favoreciendo el
desarrollo de habilidades personales, como el ejercicio de
una vida autónoma en comunidad. En lo que respecta a la
participación, las redes con los efectores comunitarios se
han complejizado en cuanto a la construcción y
sostenimiento de los vínculos, tanto por parte de los
usuarios como de los equipos de salud. Esta vinculación
incluye a agentes, vecinos y usuarios de múltiples espacios
comunitarios, tales como salas de atención primaria,
hospitales, consultorios privados, centros de integración
comunitaria, escuelas, casas de la tercera edad, casas de la
juventud, clubes y gimnasios.
Los programas analizados son: Programa de Dispositivos
Residenciales Comunitarios (DRC) con niveles de apoyo
medio y alto, y Programa de Rehabilitación y Externación
Asistida (PREA) con niveles de apoyo bajo y medio.
A continuación, se presentan sus principales
características, tomando como fuente documentos y
resoluciones fundacionales de cada uno:
Caracterización comparativa de los programas PREA y
DRC
a. Creación y contexto de implementación
PREA: Creado en 1999 mediante resolución del Ministerio
de Salud de la provincia de Buenos Aires, con base en la
Declaración de Caracas. Su objetivo es la atención
comunitaria e integral de personas internadas de mediano
y largo plazo en hospitales psiquiátricos, promoviendo su
reinserción social.
DRC: Surge en 2020 en el marco de la adecuación
institucional del HIEN Dr. Cabred. Apunta a la creación de
dispositivos flexibles de atención para personas con
trastornos mentales severos, en concordancia con la Ley
Nacional de Salud Mental Nº 26.657.
b. Población beneficiaria
PREA: Personas internadas con interés en un proceso de
externación asistida, que puedan desenvolverse con cierto
grado de autonomía.
DRC: Personas con alta clínica que, sin embargo, enfrentan
barreras estructurales para la inclusión comunitaria, con
necesidad de apoyos específicos.
c. Objetivos
PREA: Promover la externación y reinserción a través de
dispositivos comunitarios adaptados a los recursos
disponibles, implicando activamente a pacientes, familias y
trabajadores.
DRC: Mejorar la calidad de vida y autonomía mediante
apoyos personalizados y flexibles, evitando internaciones
innecesarias.
d. Implementación y recursos
PREA: Dispositivos residenciales y de continuidad de
tratamiento garantizados por el hospital. Incluye
medicamentos, atención en crisis y condiciones
habitacionales adecuadas.
DRC: Atención residencial 24 horas. Financiación
combinada (aportes personales, subsidios, programas de
empleo). El hospital asegura insumos, alimentos y
medicación.
e. Enfoque de atención
PREA: Rehabilitación con énfasis en la autonomía, redes
sociales y cooperación comunitaria.
DRC: Enfoque clínico-terapéutico centrado en la persona,
adaptado a necesidades individuales.
f. Personal de salud
PREA: Promueve la reconversión del personal hospitalario
y su capacitación.
DRC: Equipos interdisciplinarios que incluyen
enfermeros/as, acompañantes terapéuticos, psicólogos/as,
psiquiatras, médicos/as clínicos, trabajadores/as sociales,
entre otros.
Al analizar los programas PREA y DRC se observa una
notable expansión en su alcance y capacidad operativa
entre 2020 y 2023. En enero de 2020, se registraban 75
personas usuarias bajo estos programas, cifra que ha
aumentado a 204 en la actualidad. El equipo de salud
también ha experimentado un crecimiento significativo,
pasando de 30 trabajadores/as a 122, incluyendo agentes
reconvertidos/as y nuevos/as profesionales contratados/as
para trabajar directamente en la comunidad. En cuanto a
las viviendas, se contaba con 36 espacios en enero de 2020,
mientras que actualmente se dispone de 64 casas. Este
crecimiento refleja el compromiso continuo con la
integración comunitaria y la mejora en la atención de las
personas usuarias de estos programas.
En síntesis, ambos programas, aunque desarrollados en
contextos históricos diferentes, se complementan en la
construcción de una red de atención que reemplaza la
lógica asilar por un enfoque de apoyos progresivos según
el perfil funcional de cada persona usuaria. Se inscriben en
el modelo social de la discapacidad, donde la vida
independiente, la autonomía y la toma de decisiones son
ejes fundamentales. Si bien persisten desafíos en cuanto a
cobertura y suficiencia, en la provincia de Buenos Aires se
avanza en la creación de nuevos dispositivos en el sector
público y privado. Este proceso se enmarca en normativas
tales como las normas complementarias para la
habilitación de efectores de salud mental y consumos
problemáticos aprobado por Resolución 4750/21 del
régimen de establecimientos privados asistenciales o de
recreación (16), el Decreto-Ley N°7.314/67(17) y su decreto
reglamentario N°3.280/90 (18), así como también a través
de la aprobación del “Modelo de Carta de Intención Oferta
Prestacional Salud Mental” a utilizar como oferta a
suscribir por parte de las entidades que ofrezcan servicios
de salud mental (19).
2 Representaciones del personal de salud
En la segunda etapa de nuestro trabajo, empleamos una
metodología que nos permitió desarrollar teorías,
conceptos y nuevas hipótesis basadas directamente en los
datos recolectados, sin apoyarnos en supuestos previos.
Este enfoque nos llevó a identificar dos tipos principales de
códigos:
Códigos sustantivos: Emergen directamente de los datos
empíricos originales y representan categorías que
encapsulan patrones o temas identificados durante el
análisis.
Códigos "in vivo": Son términos o frases utilizadas
textualmente por los propios participantes. Estos códigos
son especialmente valiosos porque reflejan el lenguaje y
significado preciso que las personas asignan a sus
experiencias, aportando una alta significación
interpretativa en el área de estudio.
A continuación, se presenta un resumen de los conceptos
construidos a partir del análisis de la información obtenida
de las entrevistas realizadas que consideramos de gran
utilidad para comenzar a comprender el trayecto
profesional y su impacto subjetivo en el personal de salud
desde el momento de su incorporación a los programas
comunitarios.
a. Referentes comunitarios
En el ámbito de la salud mental comunitaria, el concepto de
"Referentes comunitarios" refleja una transformación
significativa en el rol y la percepción de los profesionales de
la salud. Estos profesionales, sin distinción de su disciplina
o función específica dentro de los dispositivos, actúan
como facilitadores clave en el vínculo entre las personas
externadas y la comunidad. Su labor implica coordinar el
apoyo y acompañamiento necesario para la reintegración
comunitaria de los usuarios, lo que requiere un trabajo en
equipo interdisciplinario y, en muchos casos, una
resignificación de su proyecto laboral y de la comprensión
de sus propios roles y funciones.
Esta transformación puede generar una sensación de
pérdida de especificidad en el rol profesional; sin embargo,
también resalta el valor del trabajo interdisciplinario. Como
expresó un entrevistado: "ya decididamente vos sos la
expresión del equipo ahí afuera". En este contexto, el
personal de salud se convierte en un verdadero referente
comunitario para los usuarios, estando presente en el
"momento en que van redescubriendo algo nuevo".
Estas experiencias han llevado a que el "encierro" vivido
por los usuarios no sea asumido de manera natural por los
profesionales, quienes son testigos directos de sus efectos
perjudiciales. Sus perspectivas reflejan una postura ante la
tensión entre la inercia hacia la centralidad manicomial y la
integración comunitaria. En este sentido, los referentes
comunitarios ofrecen un sostenimiento, una continuidad
de cuidados y apoyos en la comunidad, esenciales para la
sostenibilidad de la salud y la vida cotidiana de los usuarios.
Dentro de este marco, se destacan varios aspectos clave:
Reconfiguración de roles profesionales: Se subraya la
necesidad de repensar la flexibilidad de los roles en el
ámbito de la salud mental comunitaria. actitudes y
estrategias frente a los cambios y exigencias del entorno
laboral, sin perder de vista sus objetivos y valores
personales, integrando nuevas competencias y
resignificando el propio rol disciplinar.
Interdisciplinariedad: La afirmación de que el equipo de
salud se convierte en "expresiones del equipo" resalta la
importancia del trabajo interdisciplinario en la atención
comunitaria. Esto enfatiza la cooperación entre diferentes
disciplinas para abordar de manera efectiva las complejas
necesidades de salud comunitaria. Implica compartir una
posición crítica hacia los conceptos aceptados, es decir,
para pensar un problema en común. Vínculo comunitario:
La idea de que los trabajadores de la salud actúan como
puentes simbólicos, convirtiéndose en referentes
comunitarios y facilitadores del vínculo entre las personas
externadas y la comunidad, es fundamental para
garantizar procesos de inclusión social. Esto enfatiza la
importancia de comprender y abordar las necesidades y
valores individuales de los usuarios.
Resignificación del proyecto laboral: La necesidad de que
los profesionales resignifiquen su proyecto laboral pone de
relieve la importancia de la adaptabilidad y la capacidad de
aprendizaje continuo a lo largo de la carrera. En este
proceso, la subjetividad se constituye en un motor central
que orienta, sostiene y da sentido al aprendizaje,
especialmente en escenarios atravesados por el cambio
permanente. En este sentido, la gestión del cambio y la
posibilidad de reinventar el proyecto profesional no
pueden desligarse de los procesos subjetivos que los
trabajadores movilizan para dar sentido a su experiencia.
b. Grupalidad como Estrategia
El concepto de grupalidad emerge como una estrategia
clave en dos dimensiones interrelacionadas: la grupalidad
de las personas usuarias y la del propio equipo de salud.
b.1. Grupalidad como Resiliencia
Este concepto, expresado por el personal de salud en
referencia a las personas usuarias de los dispositivos, se
centra en cómo los individuos emplean la formación de
grupos y las relaciones grupales como una estrategia de
producción de subjetividad. Esta dinámica crea un "tercer
espacio" que ofrece una alternativa al encierro y a las
experiencias previas vividas. Se fundamenta en dos
aspectos esenciales:
b.1.a. Grupalidad como Resiliencia interna
Dentro de las instituciones de salud mental, como
hospitales o centros de tratamiento, las personas usuarias
suelen experimentar sensaciones de encierro y
aislamiento. La formación de grupos se convierte en una
estrategia para contrarrestar estos sentimientos,
permitiendo a los individuos compartir experiencias y
aspiraciones de vida fuera de la institución. Esta
comunidad de apoyo mutuo brinda seguridad en
momentos de vulnerabilidad y facilita la creación conjunta
de recursos y estrategias para afrontar el encierro.
b.1.b. Grupalidad como Resiliencia externa
Al egresar de la institución, las personas usuarias a
menudo son percibidas por otros como individuos que
"viven en otro mundo" en comparación con quienes no han
experimentado el encierro institucional, lo que puede
generar estigmatización. A pesar de ello, al participar en
dispositivos comunitarios, desarrollan recursos y
habilidades para enfrentar la vida fuera de la institución,
apoyados por el personal de salud y otros actores sociales.
El concepto de "Grupalidad como Resiliencia" refleja cómo
las personas usuarias de dispositivos de salud mental
utilizan la formación de grupos como una estrategia para
resistir y superar el encierro y la estigmatización, tanto
dentro como fuera de la institución. Esta grupalidad
proporciona sostenimiento y apoyo emocional, además de
facilitar el desarrollo de habilidades y recursos en el
proceso de inclusión en la sociedad. El equipo de salud
reconoce la importancia de comprender y trabajar con esta
dinámica compleja para brindar un apoyo más adecuado a
las necesidades de las personas usuarias.
b.2. Grupalidad como Intervención
Esta dimensión se refiere a una estrategia de trabajo
adoptada por el personal de salud como alternativa a las
formas tradicionales de intervención. En lugar de centrarse
únicamente en el tratamiento individual, se promueve la
exploración y el aprovechamiento de la dinámica grupal
como parte integral de la atención sociosanitaria. Al
trabajar desde la grupalidad, se reconoce la importancia de
comprender y abordar las relaciones y dinámicas
interpersonales que influyen en el bienestar general.
Es esencial también trabajar con la propia grupalidad como
profesionales intervinientes, donde se ponen en juego las
individualidades y las diversas perspectivas del mundo.
Esto implica manifestaciones y formas vinculares que se
configuran entre los profesionales, apostando por la
interdisciplina como estrategia y lógica de intervención
sustentada en la grupalidad y la humanización. Se trata de
un abordaje centrado en dispositivos grupales, desde una
perspectiva interdisciplinaria a cargo de agentes de salud
con diferentes concepciones de sus propios roles y
funciones. Esta forma de intervención se caracteriza por
centrarse en la escucha empática, el respeto por el otro, la
circularidad de la palabra y la horizontalidad en las
relaciones.
c. Techo hospitalario como Sentido de pertenencia
El concepto de "Techo hospitalario como Sentido de
pertenencia" aborda la compleja interacción entre la
búsqueda de seguridad y protección emocional, laboral y
profesional por parte del personal de salud, y las tensiones
que emergen al redefinir sus roles y funciones al integrarse
en dispositivos comunitarios.
Por un lado, la incorporación laboral a estos dispositivos
permite valorar la autonomía en el trabajo y ofrece
oportunidades enriquecedoras para el contacto social, la
variedad de tareas, la disponibilidad de información y el
feedback sobre las labores realizadas. Además, se destaca
la valoración social positiva del trabajo y el apoyo de
compañeros/as, coordinadores/as y supervisores/as,
características que pueden hacer que la experiencia laboral
sea gratificante y enriquecedora.
Por otro lado, el personal de salud enfrenta desafíos como
la falta de especificidad en los roles y funciones asignadas,
la asunción de múltiples tareas, la percepción de escasez de
personal, la necesidad de dedicación y disponibilidad
constante, la alta demanda y dependencia por parte de las
personas usuarias, y la vinculación con la institución
hospitalaria. La tensión entre estas dos dimensiones, que
podrían sintetizarse como la valoración social positiva del
trabajo y el desafío ante la falta de especificidad de roles y
funciones contribuye a la formación del concepto
construido “techo hospitalario como sentido de
pertenencia". El personal busca un nivel mínimo de
seguridad y protección emocional y laboral en su entorno
de trabajo, pero esta búsqueda se ve desafiada por
condiciones laborales y expectativas a menudo
abrumadoras. Esta tensión constante puede dar lugar a
sentimientos de agotamiento y frustración.
En este mismo sentido, se manifiesta una sensación de
incertidumbre. Aparece reiteradamente la sensación de
"estar solos", "como si no hubiera un techo protector", al
mismo tiempo que se valora positivamente la necesidad de
tomar iniciativas frente a las distintas situaciones que se
presentan en los dispositivos: "uno toma un montón de
decisiones estando fuera del hospital y estando solo".
Aunque las percepciones sobre el trabajo son subjetivas,
también revelan desigualdades, conflictos y tensiones que
pueden ser analizadas racionalmente para comprender
mejor la realidad investigada.
Este trabajo, particularmente en profesiones donde se lidia
con el sufrimiento ajeno, presenta un carácter ambivalente:
puede ser fuente de satisfacción personal, pero también de
agotamiento. La evidencia destaca que las relaciones
socioafectivas y el sentirse apoyado son recursos clave
para manejar el estrés asociado a estas dinámicas
profesionales.
CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN
La naturaleza exploratoria y descriptiva de esta
investigación no permite extraer conclusiones definitivas y
generalizables. Sin embargo, hemos identificado
constantes y hallazgos que, aunque provisionales, ofrecen
una base para futuras investigaciones que amplíen y
enriquezcan estos resultados.
Se destacan en los resultados de las experiencias narradas
en las entrevistas que estos programas generan
oportunidades de interacción y colaboración, fomentan la
comprensión mutua y ayudan a derribar barreras
estigmatizantes. De este modo, promueven una cultura más
empática y equitativa, donde las personas con discapacidad
psicosocial son reconocidas no sólo por sus aportes
concretos, sino también por la riqueza de sus experiencias y
perspectivas, facilitando así su participación plena y la
construcción de comunidades inclusivas y resilientes.
Según las percepciones del personal de salud, si bien
persisten obstáculos y desafíos, los objetivos de estos
programas se cumplen en la mayoría de los casos. No
obstante, es fundamental destacar que de la información
obtenida en los resultados es relevante, como concepto
analítico, el rol crucial que ocupa el Estado y las
instituciones públicas para garantizar la sostenibilidad, el
funcionamiento y la identidad de estas estructuras dentro
de los procesos de transformación institucional. En este
sentido, la articulación en torno al concepto de sistema de
apoyo o soporte comunitario, como señala Rodríguez (20),
plantea la necesidad de promover y organizar, a nivel local,
una red coordinada de servicios, recursos, programas y
equipos que acompañen a las personas usuarias en la
satisfacción de sus distintas necesidades y en el desarrollo
de sus potencialidades, evitando su aislamiento o exclusión
de la comunidad.
Por ello, los resultados demuestran que es fundamental el
papel del personal de salud en la implementación efectiva
de estos programas, no solo como puente simbólico entre
los usuarios y la comunidad, sino también como recurso
humano capacitado que posibilita la rehabilitación y la
inclusión comunitaria plena, de un modo lo más autónomo
posible. Cabe destacar la importancia de la dimensión
relacional del equipo interdisciplinario, es decir, las
pre-condiciones intersubjetivas para el trabajo (21). La
necesidad de repensar la flexibilidad de los roles en el
ámbito de la salud mental comunitaria se relaciona con el
concepto de adaptabilidad profesional (22) entendiendo
por ésta a la capacidad de las personas para ajustar sus
habilidades.
El concepto de "Referentes comunitarios" en el campo de la
salud mental enriquece con nuevas dimensiones que
colaboran a la complejización del campo de conocimiento,
al enfocarse en la evolución de los roles profesionales, la
importancia de la colaboración interdisciplinaria, la
construcción de identidades profesionales y la atención
centrada en la persona en entornos comunitarios.
Como señala Billett (23), el aprendizaje a lo largo de la vida
no es solo una respuesta funcional a las transformaciones
del trabajo, sino que se vincula estrechamente con la
construcción de la identidad y la agencia de los sujetos,
quienes al aprender también configuran y reconfiguran sus
trayectorias laborales.
En este marco, consideramos que el concepto de
"Grupalidad como Intervención" y su capacidad para
generar sentido, propicia la transformación y creación de
subjetividades. Reconoce que la salud es un fenómeno
multidimensional y que abordarla de manera integral
requiere un enfoque colaborativo, comprensivo y
progresivo. Al adoptar esta metodología, el equipo de salud
fortalece la relación terapéutica al involucrar activamente a
las personas usuarias en su propio proceso de atención y
reinserción en la comunidad.
El concepto construido a partir de las entrevistas
realizadas, "Techo hospitalario como Sentido de
pertenencia" subraya la importancia de reconocer que,
para mantener al personal de salud saludable y motivado,
es fundamental atender las tensiones inherentes a su
labor. Esto implica garantizar que el entorno hospitalario
ofrezca condiciones que promuevan su bienestar, mediante
medidas de protección tanto emocional como laboral.
Puede incluir la implementación de políticas y prácticas que
promuevan claridad en los roles, capacitación adecuada,
distribución pertinente de tareas, apoyo emocional y
acceso a recursos para el bienestar del equipo, clarificación
y fortalecimiento institucional de los programas
implementados, e instancias de encuentro y trabajo
grupal donde se visibilice el cuerpo total de agentes de
salud que actualmente están trabajando bajo estos
programas. En última instancia, este concepto busca
equilibrar las demandas y las recompensas en el trabajo
del equipo de salud interviniente en los dispositivos para
mantener el bienestar y la satisfacción de quienes
desempeñan un papel fundamental en la atención y
acompañamiento de las personas usuarias.
La puesta en marcha de estos programas representa un
avance significativo hacia la construcción de una sociedad
más justa, inclusiva y consciente en materia de salud
mental.
Finalmente, consideramos esencial continuar
promoviendo investigaciones y acciones que contribuyan
a sistematizar experiencias y procesos de inclusión
comunitaria, recuperando las voces y saberes construidos
por las instituciones, los equipos de salud y las propias
personas usuarias.
Desde esta perspectiva, la producción de investigaciones
que contemplen a las personas usuarias de los servicios de
salud mental pero también, como es el caso de nuestro
trabajo, al personal de salud, permite interpelar la
persistencia de prácticas tutelares y alentar el desarrollo
de estrategias y recursos sustitutivos a la internación,
orientados al acceso a derechos y a la consolidación de una
autonomía entendida como una empresa social colectiva.
Considerar los servicios de salud mental y las prácticas de
cuidado a partir de las trayectorias de sus protagonistas
contribuye a la optimización, evaluación e implementación
de políticas públicas, al constituir referencias valiosas para
diseñar respuestas integrales que favorezcan la
continuidad de cuidados y la integración social de las
personas con padecimiento mental tras la externación.
Fn
FINANCIAMIENTO
Este trabajo se inscribe dentro del Proyecto de Investigación:
“Programas Comunitarios de Viviendas Asistidas: estrategias
de inclusión social sustentable para personas con discapacidad
psicosocial, y percepciones de los y las trabajadores/as de salud
respecto de su implementación” realizado en el marco de la
convocatoria Programa de Becas Julieta Lanteri 2022-2023,
dependiente de la Dirección de investigación y Cooperación
Técnica, Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara,
Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. La
investigación se desarrolló desde el 14 de noviembre de 2022 al
14 de noviembre de 2023, siendo la institución coordinadora de
dicho proyecto el Hospital Interzonal Especializado
Neuropsiquiátrico “Dr. Domingo Cabred”, con la participación
interinstitucional de la Universidad Nacional de Luján.
Autoras y autores
no manifiestan conflictos de interés.
Salud Publica 2025 Oct; 4
RB
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Cómo citar este artículo:
Rossetto JS, Keena C, Druetta I, Manni L. Programas comunitarios de viviendas asistidas en salud mental del hospital neuropsiquiátrico Dr.
Cabred de la provincia de Buenos Aires: percepciones de los y las trabajadores/as de salud respecto de su implementación (2020-2023).
Salud Pública [Internet]. 2025 Oct [fecha de consulta]; 4. Disponible en: URL del artículo.
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Artículo original AO
SALUD
REVISTA DEL MINISTERIO DE SALUD DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES