
Artículo original AO
SALUD
REVISTA DEL MINISTERIO DE SALUD DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
RESULTADOS
A continuación, se señalan los principales resultados
vinculados a los objetivos específicos del proyecto. Se
suman algunos resultados que, aunque no previstos en los
objetivos, resultan relevantes tanto por el posible aporte
para generar protocolos de atención como para el diseño
de políticas públicas en la materia.
En relación con el objetivo referido al relevamiento de
antecedentes de violencias sexuales padecidas por las
mujeres y diversidades internadas en los hospitales
psiquiátricos, se destacó lo siguiente: De las personas
entrevistadas, la mayoría dijo conocer personas internadas
con antecedentes de VS acontecidas previo a la
internación, lo que coincide con los dichos de profesionales
que participaron de los espacios de formación de los que
participó nuestro equipo previo a la investigación. Una de
las personas entrevistadas señaló: “hay un montón de
pacientes, creo que el 80 por ciento de las pacientes
internadas han sufrido abuso. Sí, eso es claro (...) De
pacientes que sufren de esquizofrenia, el 80% han sido
abusadas” (Psicóloga, 52 años). Otra persona entrevistada
mencionó que un 60% de personas que resultaron
internadas tenían antecedentes de VS previo a la
internación (Psicóloga, 48 años) y se le solicitó la fuente de
dichos porcentajes, pero no pudo ser localizada.
Es importante resaltar que cuando las investigadoras
solicitaron referencias de casos para la lectura de HC,
sucedió que en algunos el antecedente de VS no estaba
consignado o no aparecía como antecedente vinculado a
los padecimientos mentales o figuraba nombrado de otro
modo. Por ejemplo, en una HC se lo mencionaba como
“recuerdo traumático” (Ma Br, 29 años).
Acerca del objetivo específico que esperaba identificar si
los antecedentes de violencia formaron parte de los
motivos que determinaron la necesidad de las
internaciones, pudo relevarse en las HC que la información
sobre posibles antecedentes de VS ocurridas previo a la
internación no aparecía frecuentemente consignada. Lo
que respondieron las personas entrevistadas es que no
contaban con una directiva o protocolo institucional al
respecto y que en el caso por caso surgían dudas y temores
respecto a cómo consignar y dar cauce institucional a esa
información. Se interrogaban cómo respetar el secreto
profesional (dimensión clínica/legal), cómo compartir la
información con el resto del equipo o con otras áreas
institucionales que deberían intervenir (dimensión
institucional) o cómo comunicar estos interrogantes a la
persona que relató la situación de VS padecida (derecho a
la información, consentimiento informado). Así, una
trabajadora social (TS) (30 años) señaló: “En caso de abuso
sexual por parte de un familiar, qué relatamos de esto en la
HC. El equipo es el primero que escucha la información, no
se lo había dicho a nadie, ni siquiera lo sabía la madre.
Tampoco hay líneas institucionales sobre qué registrar.
(Prima) el secreto profesional frente a una persona que
está diciendo que aún no se lo contó a nadie”3. Una
abogada (54 años) entrevistada, subrayó que estos
interrogantes se responden en el Art. 15 de la Ley de
Derechos del Paciente (16), que establece que “registros
claros y precisos de los actos realizados por los
profesionales y auxiliares intervinientes” [...] y que “ todo
acto médico realizado o indicado, sea que se trate de
prescripción y suministro de medicamentos, realización de
tratamientos, prácticas, estudios principales y
complementarios afines con el diagnóstico presuntivo y en
su caso de certeza, constancias de intervención de
especialistas, diagnóstico, pronóstico, procedimiento,
evolución y toda otra actividad inherente, en especial
ingresos y altas médicas”.
Se observó que, aunque la información sobre las VS fuera
conocida por el equipo e incluso hubiera sido incluida en las
HC, no se lograba aún establecer una vinculación suficiente
entre dichos antecedentes y los padecimientos en salud
mental. Cuando los antecedentes de VS se consignaban en
las HC, parecía que esto sucedía casi por descuido, incluso a
riesgo de que el resto del equipo cuestionara a la/el
profesional que había registrado los datos. O, como se dijo,
aparecían menciones dichas de otro modo: “hecho
traumático”, “recuerdo traumático”, “vivencias traumáticas
en la infancia y adolescencia”. En una de las HC (Ba Ja, 26
años) se menciona en la entrevista de admisión “Ideación
delirante de perjuicio de tinte paranoide y sexual hacia su
familia que condiciona su afecto y conducta”. Sin embargo,
no aparecía registro sobre cómo y acerca de cómo la
ideación delirante condicionaba su afecto y conducta, qué
afectos, qué conductas y si estos condicionamientos
podrían haberse relacionado con indicadores
sintomatológicos vinculados con antecedentes de VS.
Asimismo se relataba: “Comenta que el delirio hace
referencia principalmente a que habría sido abusada por
muchas personas (familiares y otros), [el/la profesional]
aclara que resulta un tanto inverosímil el modo en que
suceden esos hechos y que sea “de todo el mundo”, por lo
que no se consideró en ningún momento que pudiera
haber existido algún episodio abusivo sobre la persona o
sobre algún integrante de su familia, seguramente por
tomar de manera literal el contenido delirante de la frase
“muchas personas”, y de este modo coartando, como
probable línea de intervención, involucrar a las áreas de
género o, de evaluarse necesario, al sistema de justicia.
En al menos otras tres HC pudo relevarse que durante la
entrevista inicial, previa a la internación, las personas
Rs
Salud Publica 2025 Sept; 4
3 Esta entrevista fue realizada previamente a la presentación de la iniciativa de registro de situaciones de violencias por razones de género
y contra niños/as y adolescentes en las Historias de Salud Integradas y de formalizada la inclusión. Herramientas prácticas de su
implementación aparecen en el documento guía (17).
manifestaron haber sufrido abusos en la infancia, lo cual se
consignó en la HC. Sin embargo, dicho antecedente no
figuraba considerado para el diagnóstico ni para las
estrategias de intervención subsiguientes. En una de las
HC mencionadas (Ar Mu, 36 años) durante la entrevista de
admisión se consignó que “está allí como un modo de
represalia de su papá, viudo, que intentó tener acceso
carnal con ella”. En otra HC se mencionaba que la persona
había narrado “hechos traumáticos” de su pasado, pero no
se los describía. Se consignaba que la persona “se siente
una carga para los demás. Que define a su madre como
inoperante. Del padre dice que desapareció a sus siete
años, ’me trajo al mundo y nada más’. Melancolizada. Se
siente culpable de lo que ha pasado. Cada discusión la lleva
a rememorar el recuerdo traumático [que no se describe].
‘A veces tengo los recuerdos en imágenes, otras los siento
en el cuerpo’. Dice que, si dice que no, teme a las
represalias. Relata a su padre el acontecimiento traumático.
Piensa en la posibilidad de una denuncia y los costos
subjetivos”. Luego de ocho meses un psiquiatra que
intervino circunstancialmente, escribió en la HC la situación
de VS y una psicóloga diferente de quien había intervenido
inicialmente, consignó: “Abuso infantil perpetrado por
hombre que se aloja con la familia”.
Esto converge con lo relevado en las entrevistas. Así, un
profesional, frente a la pregunta sobre si ¿Estaban incluidos
los antecedentes de VS en las HC o en otro registro formal?
respondió “No de esa manera. Siempre están incluidos
como siendo responsabilidad de la persona, delirio de la
persona. De hecho, con una de las personas, presencié una
situación de violencia con uno de los empleados e hice una
nota a la Dirección para poder visibilizar la situación. Sentí
que me había puesto en una situación de mayor
vulnerabilidad como profesional. Lo que creo es que se
patologiza el discurso de las personas… Trabajando en
Guardias, trabaja tan bien el Modelo Médico Hegemónico…
Es como que se da vuelta, dejan de tenerlo en cuenta, de
valorarlo como algo real; es border, el discurso seguro que
es este porque las borders son así. Muchas veces se toma
como algo inventado, deja de tener relevancia. Termina
siendo parte del diagnóstico” (TS, 38 años).
Sin embargo, apareció como una excepción que un
profesional de guardia dijo que es importante conocer
estos antecedentes para poder hacer diagnóstico
diferencial con TEPT- Trastorno por Estrés Post Traumático
(Psiquiatra, 64 años).
En lo que hace a los objetivos específicos vinculados a
describir las estrategias de intervención terapéutica que
implementaban los equipos profesionales intervinientes
con las mujeres y diversidades internadas que poseían
antecedentes de VS, distinguiendo entre intervenciones
especializadas y no especializadas, pudo observarse que,
con excepción de dos psiquiatras, el resto de las/os
profesionales entrevistadas/os no había recibido
capacitaciones en la detección de las VS.
Una de las preguntas se refería a la información con la que
contaban los equipos sobre recursos en materia de géneros.
Pudo observarse que los dispositivos propios de género,
aunque conocidos, no serían suficientemente tenidos en
cuenta. Esto parecía agudizarse si la mención a la violencia
era previa y muy anterior a la fecha de internación. No
pudimos documentar que se incluyeran espacios
terapéuticos especializados en VS aún cuando las personas
mencionaron haber atravesado por situaciones de VS. Una
de las entrevistadas dijo: “Creo que, si la persona hubiera
tenido acceso antes, hacer un tratamiento psicológico
antes, no hubiera caído acá, …pasos previos de atención
para prevenir” (Psicóloga, 52 años), haciendo referencia a
que el tratamiento oportuno -y agregamos específico-
podría evitar formas graves de padecimiento mental.
En una entrevista se mencionaba que debían tenerse en
cuenta los antecedentes de VS para realizar las
revinculaciones familiares y evitar ambientes donde se
hubieran producido los abusos. Una psicóloga (52 años)
planteaba evitar revinculaciones “si la persona que a lo
mejor abusó de ella vive con la paciente, o es alguien que
ve seguido, o es alguien del ambiente familiar, o es un
amigo de la familia”. Contrariamente, en otra de las HC
encontramos que, durante las primeras entrevistas, es la
mujer internada quien señala a un familiar como abusador
“R se hace pasar por mi tío, abusó de mí, me robó la casa, la
pensión” (ST VE, 37 años). Estos dichos son retomados por
una profesional que consigna en la HC: “Refiere haber sido
abusada por su tío a los 12 años”. Sin embargo, con
posterioridad, las intervenciones de revinculación familiar y
parte del proceso de externación incluyeron a dicho
familiar, llegando a proponer salidas terapéuticas con éste.
Una pregunta realizada, que no era parte de los objetivos
específicos, pero sirvió para dar cuenta de la relación entre
perspectiva de género en los/las profesionales e inclusión
de antecedentes de VS en diagnóstico y tratamiento, es la
referida a capacitación en la temática. En las entrevistas se
subrayó la fundamental importancia de las capacitaciones
tanto para hacer visibles los antecedentes como su posible
relación con los padecimientos mentales y la alternativa de
ampliar el abanico de intervenciones hacia recursos
institucionales en materia de VS, tanto desde lo asistencial
como desde lo legal. La capacitación en la temática de
géneros y diversidades y VMG, incluyendo VS, ha
registrado avances significativos en los últimos años, sin
embargo, se observaron importantes asimetrías por áreas
y servicios y una casi inexistente capacitación en lo que
hace al acompañamiento en VS.
Frente a la pregunta realizada durante las entrevistas: ¿En
qué momento del proceso están en relación con la
instalación formal de la temática?, se reitera la respuesta de
que aún se encuentran en un momento inicial. En este
sentido respondió una TS entrevistada en uno de los
hospitales: “Diría inicial. Porque aún suceden cosas muy
retrógradas. Llega una persona trans y todavía no se sabe
qué hacer en el hospital. Se tiene que discutir cada vez. Hay
un imaginario en torno a las posibles violaciones si se
interna a un varón trans en la sala de hombres…” (TS, 30
años). “Sí, yo creo que fueron cambiando algunas
cuestiones. Hay cosas que fueron no dando lo mismo
dejarlas pasar. Pero tiene que ir acompañado de una
decisión institucional, que recién ahora la estamos
teniendo en este último tiempo” (TS, 28 años).